Las fotografías son las huellas que nos ayudan a recordar los momentos felices

Antes, mamá nos obligaba a posar frente a la cámara y guardaba las imágenes en un álbum. Hoy, captamos con nuestro cel los mejores momentos y subimos las fotos a las redes sociales. El tiempo pasa y las fotografías son las huellas que dejamos en el mundo.

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Las fotografías inmortalizan los momentos y, cuando las ves después de un tiempo, hasta podés recordar los sentimientos que estabas experimentando en el instante en que las captaron. Los instrumentos para obtener una imagen han variado con el paso del tiempo: el cuarto rojo, los rollos de películas, la cámara digital y, hoy en día, los celulares inteligentes.

Al principio, hacerse una fotografía era un privilegio al que muy pocos accedían. Unos cincuenta años atrás, cuando el padre de familia conseguía un fotógrafo, tanto él como la esposa y sus hijos se ponían sus mejores ropas para posar frente a la cámara. Al final, la imagen mostraba a personas serias y tiesas pintadas en blanco y negro.

Cuando éramos niños, nuestros padres contrataban fotógrafos para que estuvieran en las fiestas de cumpleaños y la primera comunión, y nos sacaran unas cuantas instantáneas. En el momento en que más nos estábamos divirtiendo en el globo loco, venía mamá y nos decía que sonriéramos para la cámara; fastidiados, poníamos nuestra mejor sonrisa falsa y achinábamos los ojos, mientras el retratista expresaba “una más”.

Sentías mucha vergüenza al pasar en el escenario para recitar una poesía, bailar una polca o dedicar una canción a tus maestros frente a toda la escuela, pero eso no era tan malo como cuando aparecía tu mamá con las fotos reveladas de cada uno de esos momentos. Las instantáneas siguen guardadas en el álbum que ella atesora en el baúl de los recuerdos.

Actualmente, nuestro celular basta para sacarnos más de 50 fotos en tan solo unos minutos. A diferencia de cuando éramos niños, ahora queremos una captura en cualquier momento y en todos los lugares; además, como ya podemos ver la imagen en el instante, repetimos la pose hasta que todos los detalles estén a nuestro gusto.

La fotografía nos regala cosas maravillosas; solo basta seguir a las páginas en Instagram que se dedican a subir imágenes de una puesta de sol desde un cerro o las noches estrelladas del Chaco paraguayo para quedar maravillados. Ah, no podemos olvidar a mamá o a las tías que se han adaptado a la evolución de la tecnología y reemplazaron sus álbumes en físico por los del Facebook.

Por Viviana Cáceres (20 años)

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