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El Ballet Nacional tuvo el año pasado una de sus etapas más tristes, con huelgas prolongadas para que se paguen miserables sueldos que por meses el Estado paraguayo le adeudaba por esas cosas que tiene la burocracia, la mala gestión de las autoridades y esas peculiaridades de nuestra cultura.Este año, las cosas mejoraron un poco, pues si bien los salarios ya están al día, tampoco alcanzan a ser ni siquiera el mínimo para más de media docena de sus integrantes.
La venida del norteamericano Austin Hartel, su esposa la paraguaya Thyrsa Da Rosa Hartel, la bailarina de la compañía de ambos Jacquelyne Jay Boe hizo que durante seis meses, gracias a una beca Fulbright, el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica y la Entidad Binacional Yacyretá, el Ballet Nacional continuara con el impulso iniciado en enero pasado con el bailarín y coreógrafo español Fernando Hurtado para cobrar nuevos bríos.
Y vaya que son bríos de esos que sacan el aliento, porque si bien existen antecedentes previos con la cooperación francesa en 1996 con "Dafne y Cloe" a cargo de Pierre Darde y en 1997 con "Paseos" de Francoise Adret, desde esos años no se integraban bailarines del Ballet Clásico y Moderno Municipal de la Ciudad de Asunción con los del Ballet Nacional.
Toda esta historia viene a cuento para saber que hoy por hoy, en el Paraguay del Socialismo del Siglo XXI, donde se invierten millones en promoción de un artista "amigo" como Silvio Rodríguez, la pobreza continúa hacia lo local y es un "yanqui" el que se interesa en cooperar seriamente con sus coreografías "La maldición de las Willis" con música original de Michael Lee, "El hombre que cayó de la luna" a base de un tema de Peter Gabriel, "Vastus Sylva" con una creación musical de Johnsi Holt y "Whats love got to do with it?", una composición de Apocaliptica.
Natalia Aldana, José Alvarez, Koetí Barreto, Fulvia Bernal, Víctor Brítez, Bethania Joaquinho, Aldo Leguizamón, Patricia Martínez, Cynthia Ocampos, Raúl Saguier, Miguel A. Santacruz, Belén Velázquez, José M. Villanueva se sumaron a Mary C. Aquino, Diana Arce, Maia Ayala y Leticia Plans, en esta propuesta que vuelve a dar brillo al ballet oficial en nuestro país.
La venida del norteamericano Austin Hartel, su esposa la paraguaya Thyrsa Da Rosa Hartel, la bailarina de la compañía de ambos Jacquelyne Jay Boe hizo que durante seis meses, gracias a una beca Fulbright, el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica y la Entidad Binacional Yacyretá, el Ballet Nacional continuara con el impulso iniciado en enero pasado con el bailarín y coreógrafo español Fernando Hurtado para cobrar nuevos bríos.
Y vaya que son bríos de esos que sacan el aliento, porque si bien existen antecedentes previos con la cooperación francesa en 1996 con "Dafne y Cloe" a cargo de Pierre Darde y en 1997 con "Paseos" de Francoise Adret, desde esos años no se integraban bailarines del Ballet Clásico y Moderno Municipal de la Ciudad de Asunción con los del Ballet Nacional.
Toda esta historia viene a cuento para saber que hoy por hoy, en el Paraguay del Socialismo del Siglo XXI, donde se invierten millones en promoción de un artista "amigo" como Silvio Rodríguez, la pobreza continúa hacia lo local y es un "yanqui" el que se interesa en cooperar seriamente con sus coreografías "La maldición de las Willis" con música original de Michael Lee, "El hombre que cayó de la luna" a base de un tema de Peter Gabriel, "Vastus Sylva" con una creación musical de Johnsi Holt y "Whats love got to do with it?", una composición de Apocaliptica.
Natalia Aldana, José Alvarez, Koetí Barreto, Fulvia Bernal, Víctor Brítez, Bethania Joaquinho, Aldo Leguizamón, Patricia Martínez, Cynthia Ocampos, Raúl Saguier, Miguel A. Santacruz, Belén Velázquez, José M. Villanueva se sumaron a Mary C. Aquino, Diana Arce, Maia Ayala y Leticia Plans, en esta propuesta que vuelve a dar brillo al ballet oficial en nuestro país.