El mundo de los niños zurdos

¿Te paso esta mano o la otra? Cuando abro la puerta, para mí, el picaporte está al revés. Los cajones de mi escritorio se encuentran a la derecha, y giro casi todo el cuerpo para abrirlos. Si quiero aprender a ejecutar la guitarra, será conveniente que me cambien de lugar las cuerdas. El abrelatas lo uso de otro modo, y el punto cruz al comienzo me pareció griego o chino. Hoy, como es natural, casi todo me resulta bien fácil.

Las tijeras primero me resultaban incómodas, aunque después me acostumbré. En la escuela, a veces, me cuesta encontrar una silla para mí. El niño zurdo se enfrenta a un mundo de mayoría diestra. Cuando el pequeño nace es ambidiestro. A los dos meses reparte las responsabilidades entre ambas manos. Desde el tercer año puede confirmarse con cierta certeza si es diestro o zurdo, al observar con atención cómo realiza sus actividades: agarrar, cortar, pintar, comer. Es completamente natural que exista preferencia también en las piernas, ojos y oídos. Cuenta sus experiencias como mamá de una niña zurda la Lic. Mercedes Céspedes, psicóloga educacional: “Cuando me percaté de que mi hija tenía preferencia por el uso de su mano izquierda, me sentí muy feliz, porque por mi profesión sabía que los niños zurdos son más creativos y muy inclinados hacia las actividades artísticas. Y comprobé por experiencia que aquello leído en los libros es real, pues ella desde muy pequeñita tenía inclinaciones hacia las actividades artísticas. Demostraba mucho gusto por la música, un sentido rítmico perfecto, le gustaba dibujar y pintar y, ni que decir, bailar”. Hoy la adolescente vive dedicada a la danza y no presentó dificultades para leer, escribir, peinarse, manejar los cubiertos, o realizar las actividades esenciales para su manejo diario. Cuenta la mamá que no tuvo problemas en su lenguaje, su letra es hermosa y escribe sin necesidad de acomodar el brazo; sus movimientos son gráciles y femeninos. Sí presenta dificultades para ciertas actividades cotidianas, como atarse los cordones (pero para eso está la hermana menor —diestra—, quien siempre está dispuesta a ayudar), o para recortar, u otras actividades, como coser, tejer o bordar, pero que no las asimiló porque no tuvo interés en aprenderlas. “Si hubiera estado interesada en realizarlas, lo habría logrado con ayuda y práctica. Tampoco constituye una frustración para ella no poder hacerlas”. Lo fundamental es que la criatura viva una experiencia de libertad para expresarse naturalmente con la mano de mayor predisposición, encaminando a lograr el desarrollo adecuado de la motricidad fina. “Personalmente creo que a las personas les cuesta aceptar todo aquello que es diferente, porque les genera ansiedad lo que no es igual, y lo que creen que debería ser. Vivimos en un mundo donde cada vez se hace más importante saber aceptar la diversidad, y esto sucede con un montón de otras características, inclusive más determinantes que la lateralidad. Invito a los padres de niños probablemente zurdos a fascinarse con la experiencia de educar y conectarse con seres realmente excepcionales, que siempre estarán dispuestos a brindarte ‘la otra mano’”. CONSEJOS PRÁCTICOS Para enseñarle a tu hijo a realizar cualquier actividad como pincelar, bordar, coser o tejer, se sugiere el “método del espejo”. Para ello: Ubicá al niño frente a vos y pedile que siga cada uno de los movimientos que debe realizar para la tarea, tal como si estuviera mirándose al espejo. Para aprender la hora: A algunos niños zurdos les cuesta entender el giro de las manecillas en los relojes. Si es el caso de tu hijo, para ayudarlo, pedile que ponga sus brazos estirados hacia el frente con sus manos abiertas y la palma apuntando hacia adelante. Luego decile que gire sus manos hacia afuera. La mano izquierda girará contra el sentido del reloj y la derecha en sentido correcto. Explicale que los relojes giran como lo hace su mano derecha. Para el aprendizaje de algún instrumento de cuerda, como por ejemplo la guitarra, las cuerdas se colocan al revés; y en el caso del violín, los zurdos tienen mayor ventaja por sobre los diestros, porque el manejo del arco recaerá justamente sobre la mano más hábil (la izquierda).

Enlance copiado