Lic. Miguel Meaurio Coronel
Se habla poco de él, pero Francis Bacon fue uno de los pensadores más brillantes del Renacimiento y de todos los tiempos. Todavía debió soportar aquel remanente medieval de las creencias en la magia y las brujerías.
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Era la época en que la astrología, por encima de la astronomía, jugaba un papel tan importante que quienes la conocían y practicaban, ocupaban cargos oficiales importantes al lado de los soberanos. Bacon habría de cambiar todo eso.
Si bien su mérito es esencialmente filosófico, la obra científica de Bacon es fundamentalmente cualitativa y taxonómica. Hizo una crítica rigurosa de todos los dogmas incorporados en el período en que el individuo todavía no había desarrollado la capacidad para examinarlos racionalmente y que eran tan persistentes y difíciles de objetivar.
El método científico baconiano surgió como un intento de corregir las deficiencias de la teoría aristotélica clásica. La contribución más importante de Bacon fue su insistencia en que el conocimiento científico no solo conduce a la sabiduría, sino al poder, y que la mejor ciencia es la que se institucionaliza y se lleva a cabo por grupos de investigadores, en contraste con la que permanece privada y es el resultado del trabajo de individuos aislados.
Bacon restringió el estudio de las causas de los fenómenos a las formales, materiales y eficientes, en vista de que la búsqueda de las causas finales se limitaba a las disputas verbales que hacían muy penoso el progreso de la ciencia.
LAS ÍDOLAS
Los ídolos o "ídolas" son para Bacon, las tendencias del intelecto humano que dan lugar a los errores y a los prejuicios, y que ocultan, por tanto, el verdadero saber. Distingue cuatro tipos de ídolas: Los ídola tribus expresan la tendencia intelectual a considerar que las cosas existen en un grado de orden y de igualdad mayor del que en realidad se encuentran. Surgen de la propia vida emocional humana, con la consiguiente falta de objetividad en el momento de valorar los argumentos y conducen a la falsedad, porque se apoyan en los datos engañosos que proporcionan los sentidos.
Los ídola de la caverna proceden de las características específicas de cada individuo, de sus gustos, de su educación, de sus ocupaciones, etc. Emergen, por tanto, de la subjetividad y oscurecen la auténtica naturaleza de la verdad.
Los ídola del mercado se originan por el contacto entre los hombres y derivan casi siempre del lenguaje. Causan un auténtico reino de la confusión, pues llegan a utilizar conceptos ilusorios para cosas inexistentes. Asimismo, los ídola del teatro son los que se derivan de las falsas teorías, que han engañado a los hombres de la misma manera que los actores engañan a su público.
SU NUEVO MÉTODO
Bacon consideró insuficiente el escolasticismo y trató de exponer un nuevo método de investigación mediante el conocimiento minucioso de la naturaleza, prescindiendo de todos los prejuicios que procedieran de las ideas aceptadas sin comprobación o de opiniones de autoridades antiguas tenidas como dogmas.
Sostuvo que las preguntas lícitas eran "¿qué"?, "¿cómo?" y "¿por que?", mientras que a "¿para que?" la excluyó, no solo por sus resonancias teológicas, sino por la falta absoluta en su tiempo, de conceptos y mecanismos posibles para explicar el comportamiento adaptativo como consecuencia de un programa.
Así fue como la pregunta ¿para que? no recuperó su vigencia científica hasta principios de la segunda mitad del siglo XX, con el descubrimiento de la estructura molecular del ADN. Ni el mismo Bacon imaginó que algún día sería posible reducir y explicar las causas finales aristotélicas al mismo nivel que las causas formales, materiales y eficientes.
Una de sus obras, La Nueva Atlántida, pertenece al género de las utopías, que narra la vida en una ciudad de sabios. Esta utopía tuvo influencia en sociedades secretas como la de los Rosacruz, que sería el germen de las sectas masónicas. Es interesante recordar que Bacon no motivó para nada un desprendimiento de la ciencia con la religión; por el contrario lo que hizo fue lograr una suerte de reconciliación entre ambas.