Que el salón no se haya llenado no fue una sorpresa. Aznar desarrolló su carrera artística casi a escondidas de la fama que, paradójicamente, acosa a quienes la persiguen. Tanto es así que para ubicarlo dentro del mundo musical se recurre a nombrar los grupos en donde le tocó estar como bajista. Sin embargo, esto tampoco carece de mérito. Haber integrado la banda comandada por Pat Metheny (ganador de 17 Grammys) o la dirigida por Charly García (Serú Girán) no es poca cosa.
Pedro Aznar decidió abandonar ambos grupos y embarcarse en la búsqueda de su propio estilo, cosa que no le fue muy difícil de encontrar.
En su obra podemos encontrar la perfecta conjunción entre estilos casi antagónicos y distantes. El talentoso artista consigue balancear su música entre el jazz, rock y el folclore argentino, ofreciéndo un deleite a los oídos más exigentes.
El talentoso multiinstrumentista tampoco perdió oportunidad para hacer gala de su versatilidad a la hora de ejecutar distintos instrumentos. En cuerdas nos deleitó con guitarra eléctrica, acústica, guitarra de doce cuerdas y el infaltable bajo eléctrico con el que se lució en un solo con la técnica del slap. También tocó algunos temas con la melódica (organillo de viento) y en homenaje a la recientemente fallecida Mercedes Sosa, un tema acompañado de un pequeño bombo. Cabe destacar que no tocó dos temas consecutivos con un mismo instrumento.
Al concluir el concierto, un pequeño grupo de admiradores -varios músicos entre ellos- lo esperó para inmortalizar el recuerdo en alguna foto, otros para solicitar autógrafos y hasta para ofrecer algún obsequio. Pedro Aznar los atendió con pausado apremio y se alejó casi huyendo, como si le incomodara un poco aquel mundo de flashes y cámaras, dejándonos con lo justo para asimilar la partida de un grande.
De su disco "Quebrado" el tema Décimas, que dejó pendiente para un próximo encuentro.
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