Gran parte de la legislación del Proyecto de Ley de Defensa de la Competencia está inspirada en una idea errónea desde el punto de vista teórico, pues utilizan el concepto matemático –erróneo– de competencia y en base al concepto –también erróneo– de monopolio; entonces como consigna se persigue a los empresarios que más éxito tienen y que mejor sirven las demandas de la gente.
Gran parte de la legislación del Proyecto de Ley de Defensa de la Competencia está inspirada en una idea errónea desde el punto de vista teórico, pues utilizan el concepto matemático –erróneo– de competencia y en base al concepto –también erróneo– de monopolio; entonces como consigna se persigue a los empresarios que más éxito tienen y que mejor sirven las demandas de la gente.
Encontré en mi biblioteca por casualidad un contrato firmado por el Estado y una empresa, redactado por nuestro querido autor de Infortunios del Paraguay del año 1918, Teodosio González. Ese contrato posibilitaba la construcción del ferrocarril del noreste uniéndose con el de Brasil, pero jamás se concretó por las discusiones que suscitó en la prensa. Hoy no tenemos ferrocarril; y en el caso de la franja costera, idea de la época de un intendente stronista, recién después de cuarenta años estamos inaugurando un tramo.
Pretender que el Estado actúe de árbitro en cada negociación comercial destruirá el proceso natural de negociación en la búsqueda del propio interés individual en las empresas, puesto que de aprobarse el proyecto de ley de la competencia, el Estado estará facultado para obligar a una empresa a vender su producto a un cliente que no es del interés del propietario de la mercadería.
El diario ABC dedicó su editorial del pasado viernes a los liberales del mundo, conceptuándonos de “cobardes” ante la ausencia de pronunciamientos, o apoyos explícitos a favor del gobierno nacional por parte de los gobiernos liberales de la región. Pretender que liberales formen una horda, o elegantemente una delegación, es desconocer su esencia.
Con el proyecto de ley que pretende prohibir la venta de “derecheras” vamos a definir qué tipo de Estado estamos desarrollando; el totalitario que dicta al ciudadano la manera como debe desarrollarse para lograr su bienestar; o el que protege, promueve y ayuda el desarrollo individual y precautela la igualdad entre las personas. Queremos encaminar el Paraguay hacia una democracia autoritaria o hacia una democracia republicana.