Liberar el transporte público del Estado

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¿Quién vio alguna vez a una "autoridad" del Estado nacional usar el servicio de transporte público de pasajeros? Resulta que saben que el servicio es malo e inhumano; sin embargo, en otras ciudades tomar el bus es un cotidiano de cualquier ciudadano, inclusive de las "autoridades". La diferencia es el grado de libertad.   

La cotidiana experiencia en materia de transporte público de pasajeros muestra que el Estado es parte del problema del servicio y no la solución como intenta hacer ver por medio de grandilocuentes seudocompromisos de "mejorar el servicio". Por lo tanto, no habrá mejor medida para solucionar este caos que un paso al costado del Estado para dar oportunidad a la libertad de mercado en el servicio de transporte, al igual que hoy existe con el servicio de teléfonos celulares.   

El ejemplo de la telefonía celular frente a la línea baja de Copaco demuestra la incompetencia del Estado en la promoción de empresas. El Poder Ejecutivo fija el precio del transporte público de acuerdo a un arbitrio político, en desacuerdo con las demandas del ciudadano. En la actualidad el pasajero se ve obligado a pagar por un precio donde no obtiene una contrapretación justa por el servicio que compra; esto debido a que el Estado le obliga a abonar un monto fijo por servicio sin importar la distancia ni la calidad de los transportes.   

Si el Estado decide liberar el servicio de transporte público de pasajeros, el más beneficiado por la medida será el usuario, puesto que tendrá la posibilidad de elegir qué servicio comprar o cuánto pagar por él. La libertad del transporte público no solamente debe darse en los precios sino también en el recorrido de las empresas de transporte; así se establecerá una verdadera competencia en la que se verá beneficiado el usuario.   

No hay beneficio sin sacrificio. Al implementar la liberación del transporte público de pasajeros, se vivirá una etapa de caos, pero luego de un periodo estacional, el mercado se equilibrará al entender la demanda del usuario. A pesar de los agoreros que dirán que habrá zonas ausentes de transporte intuyendo que todas buscarán un mayor beneficio, por el contrario en un breve tiempo luego de la implementación cada empresa de transporte elegirá su target de pasajeros y la distancia de recorrido, ofreciendo distintos vehículos y tarifas.   

La solución a un mal servicio no viene por acentuar la influencia permisiva de un Estado que se asocia a empresarios inescrupulosos para someter a usuarios del transporte que no imaginan un servicio diferente, puesto que de la memoria colectiva se borró el periodo en que el transporte público de pasajeros en Paraguay fue libre.   

Debemos recuperar la libertad de un Estado que pretende constituirse en absoluto con la excusa de "preocuparse" por sus ciudadanos, como si estos fueran personas incapaces que necesitan de un ingeniero social que conduzca sus vidas. Entre las cualidades que tenemos como sociedad, una es la de hacernos camino para superarnos, pero la presencia del Estado oscurece esa iniciativa sometiéndonos a sus designios, los que no conducen a un mejor nivel de vida sino a un crecimiento de la influencia del Estado en la vida del ciudadano.   

Si liberamos el servicio de transporte público se tendrá la oportunidad de elegir la calidad del servicio y la cantidad del monto a abonar puesto que habrá servicio para todas las demandas. Hoy el Estado indebidamente establece un techo único que impide el mejoramiento del servicio. En cambio, con la liberación la pésima situación actual será el piso de las oportunidades por obtener mejores servicios de transporte público.   

Transportes con aires acondicionado como en Miami; ómnibus con tarifa diferenciada como en Buenos Aires; metrobuses colectivos de traslado masivo como en Sydney; Vehículos con la calidad de los que circulan en Brasilia. Estos son ejemplos de servicios de transporte públicos donde la libertad marca el precio.   

No se puede cambiar una situación haciendo la misma cosa. Los años demuestran que es hora de que el Estado se retire del transporte público para dar paso a la libertad de mercado entre pasajeros y empresarios.   

*Senador de la Nación y Pdte. de la Fundación Libertad  

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