Agua que no has de beber…

Este artículo tiene 10 años de antigüedad

Este artículo puede pasar como el título de la canción “llover sobre mojado”, es decir, a pesar de que el pasado 22 de marzo recordábamos el “Día Mundial del Agua”, hablar sobre el tema puede parecer una cuestión desvasada, pero lo cierto y concreto no es así, la referencia al tema “agua”, siempre será una cuestión recurrente, teniendo en cuenta su importancia y la poca consideración que mostramos hacia este líquido vital, principalmente cuando nos referimos a su cuidado.

La cuestión es muy simple ¿qué somos sin el agua? Se trata de uno de los elementos más esenciales para los seres vivos.

 Según los expertos, el agua forma parte del 70 % del peso del cuerpo humano, y no es de extrañar, que una persona que no beba agua, pueda morir. En condiciones normales, un ser humano cada día pierde unos dos litros de agua entre el sudor, la respiración, la orina y las defecaciones, y estos dos litros deben ser repuestos, ingiriendo agua. El cerebro humano, está compuesto de un 95 % de agua, la sangre de un 82%, y los pulmones de un 90% de agua. Es por ello, que apenas una disminución de un 2% en la composición de nuestro cuerpo puede causar ya los primeros síntomas de deshidratación, como son la perdida momentánea de la memoria, problemas con las matemáticas, dificultad en enfocar la mirada en objetos o letras pequeñas; consecuentemente un déficit de agua del 4% acarrea dolores de cabeza, irritabilidad, somnolencia y graves dificultades de concentración.

 Si todo esto comporta el agua, la otra pregunta que nos hacemos es ¿qué estamos haciendo con este elemento que es vital para la pervivencia de nuestras vidas? Y precisamente a esto iba al querer desenterrar de nuevo el “Día Mundial del Agua”. En realidad todo surge de una cuestión anecdótica no muy agradable.

 Iba saliendo de casa cuando a unas cuadras me encuentro que el caño principal de la red de agua estaba roto –esto significaba que cuadras arriba los vecinos no tenían agua-  entonces aplaudo a la casa de enfrente donde el caño estaba perdiendo a borbotones. Después de muchos aplausos sale un hombre fortachón –sería el hombre de la casa- y con una voz de pocos amigos me pregunta: “¿qué quiere?”. Entonces le saludo, y en ese instante se me ocurre la frase aquella: “agua que no has de beber déjalo correr”; inmediatamente el hombre pregunta: - “¿qué”, y le digo de nuevo la frase, preguntándole: ¿desde cuándo el caño está roto? , y me responde: “Y quién es Ud. si me pregunta sobre eso (mostrando el agua que salía desesperadamente), a mí me interesa un pito”. Acto seguido el hombre entra abruptamente a su vivienda, cierra la puerta, dejándome con la palabra en la boca, la inquietud latente dentro de mí y contemplando cómo la vida iba corriendo por ese caño roto. 

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Por supuesto de ahí fui a reportar el hecho a la aguatera de la comunidad; pero valga lo anecdótico para nuestra reflexión: ¿es tanto nuestro desinterés y desprecio por la vida?