25 de diciembre de 2025
Hace un año aproximadamente fuimos con el doctor Rodolfo Aseretto a visitar a Pancho en su quinta de Areguá. Estaba solo con Haydée Benítez, su esposa, y recordamos episodios de la dictadura que cada uno pasamos, cada cual a su manera, y el tiempo en que trabajamos en el Comité de Iglesias.
El cardenal Paulo Evaristo Arns, quien falleció el miércoles 14 pasado, es poco conocido por las generaciones actuales, inclusive en grandes sectores de Brasil -donde fue obispo, arzobispo y cardenal de la diócesis de San Paulo- no solo porque pasó sus últimos años en silencio sino por la frágil memoria de los pueblos con quienes lucharon por su dignidad.
El Partido Demócrata de los Estados Unidos hizo muy buen intento de instalar un gobierno de ese signo político en la Casa Blanca por tres períodos consecutivos, algo no muy usual en aquel país, además de intentar ubicar en el sillón presidencial a la primera mujer, luego de hacerlo con el primer presidente de color.
Lo que sucede en la Universidad Nacional no es un debate y mucho menos una reforma. Es apenas una reacción de una mayoría que se siente dominada y en algunos casos tal vez violentada, no en esta circunstancia sino a través del tiempo. Esa mayoría comenzó una tarea antes y la dejó sin terminar al tumbar al rector y su claque, pero se dio cuenta que el cambio no significó nada si no intentaba una reforma.
“Ahora cuando salgo a la calle tengo ganas de mirar para abajo, siento pena y vergüenza por lo ocurrido, yo fui formado para salvar vidas, no para matar”. Doctor Lino Villar Cataldo, médico compatriota radicado con su familia en la Argentina, quien se vio obligado a diparar ante el ataque de un asaltante que le golpeó la cabeza con un arma, le sacó el vehículo, con el cual del delincuente trató de embestirlo. El ladrón murió en esa circunstancia.