En el año 1987 en los Ángeles, en la presentación para el Papa Juan Pablo II, luego de que Tony terminara de interpretar una canción, el sumo pontífice, muy emocionado, sorprendió a todos con un salto al escenario, donde se acercó y besó en la frente al guitarrista para luego expresarle: “Tony, Tony, Tony, eres un joven muy valiente” .
Al papa ni se le ocurrió hablar de milagro, al ver a una persona sin ambos brazos ejecutar maravillosamente la guitarra con los dedos de los pies y desenvolverse con normalidad por cuenta propia.
A la iglesia católica le interesa y hasta le conviene descubrir la mayor cantidad de milagros, pero tiene el deber de tener mucho cuidado y prudencia a la hora de considerar como tales los actos sobrenaturales y de difícil explicación científica, para no caer en descrédito.
Aunque muchos testimonios fueron arrimados a través del tiempo al Vaticano en busca de la canonización de personas a quienes se atribuye actos milagrosos, como hacer caminar a los paralíticos, hacer ver nuevamente a los ciegos, curar enfermedades incurables, etc., muy pocas decisiones favorables lograron arrancar de los papas.
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Nos preguntamos cómo le irá al Partido Colorado con el Vaticano en esta circunstancia en que la Asociación de Hombres libres logró el milagro de que muchos difuntos volvieran a firmar para que el presidente Cartes pudiera continuar en la presidencia.
Como católico me atrevo a implorar al Vaticano a rechazar este milagro ante la trágica posibilidad de que una aceptación anime al Partido Colorado a intentar también el milagro de la resurrección de quien fue su presidente honorario y condujo esta nación hasta 1989, o que el mismo fuera reencarnado en el actual mandatario.
Dios nos libre de estos milagros.