Señores, este no es el verdadero Partido Colorado, es un fantasma. Aquél partido que alguna vez existió en la historia política del Paraguay, aquel compuesto por grandes hombres y luchadores de la patria que abrazaron causas, doctrinas y normas de conducta, definitivamente, ya desapareció… no existe… y hace más de medio siglo que se evaporó.
De manera que, tanto Giuzzio como Petta, nada perdieron al ser expulsados. Al contrario, ganaron y mucho… este suceso fue una condecoración para ustedes, porque jamás resignaron de sus críticas, posturas y pensamientos.
Aquel pundonoroso Partido Colorado fue vaciado de todas sus generosidades, convirtiéndolo en una cueva, en un antro, en una guarida de cuatreros donde se atrincheraron corruptos monumentales para cometer los delitos más espantosos contra la república y la gente. Este nido, pasó a ser una banda de piratas.
El actual “clan” que ocupa el “mbopikua” de la calle 25 de Mayo, con caretas o sin antifaz, es una asociación de hampones que asaltaron y se adueñaron de aquellos emblemas de antaño, rebosante de valores e ideologías. La historia, la casa, la bandera y su itinerario, reposan en el sentimiento y en las mentes de los genuinos y ejemplares colorados.
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En la intrahistoria del partido debemos recordar que todo comenzó en aquel fatídico día del 21-12-1955, donde un grupúsculo disfrazado de “colorados” se puso a la orden del bribón de turno, abdicando en favor de la tiranía que llegaba, pasando el partido a ser un instrumento, un decorativo, un simple títere del villano entrante.
A partir de allí fueron llenando la morada de componentes serviles, oportunistas, inquilinos y arribistas al servicio irrestricto del dictador, quien fijaba las pautas a seguir… nada de dogmas ni catecismos… nada de albores, de pautas, de honores, de éticas, de honestidades, palabras satánicas que fueron eliminadas de raíz.
Se admitía solo a “soldados” que obedecían y cumplían las “recomendaciones” del führer, a las buenas o a las malas. El partido pasó a ser un arma de razzia contra los propios colorados, siendo estos sustituidos por tránsfugas, advenedizos, postizos, desteñidos, intrusos, polizones e híbridos que terminaron por ser bautizados de “coloretes”, o sea, falsos colorados que se maquillaron de colorados, sin ideales ni academias, más que la sumisión, el enriquecimiento ilícito y la frivolidad social.
En la economía había un modelo a imitar: negocios, contrabandos, tráficos, evasiones, blanqueos, atropellos, confiscaciones, ocupaciones, el estado como botín y los bienes de “contreras” como fin… mientras, en la política había una matriz a ejecutar: delaciones (pyrague), vigilancias, traiciones, apresamientos, torturas, confinamientos, desapariciones, asesinatos… y en la sociedad también hubieron estándares de clases a reproducir: clubes, privilegios, materialismos, ostentaciones, vanidades, floreos, chismeríos, banalidades… etcétera…
Este era y sigue siendo el libreto, es la placa base o el trípode implantado, el factor socio-político-comercial… la nueva modalidad tergiversada y desarrollada por mentes enfermas y prostituidas que irradiaron contaminaciones al Paraguay, un país llenado de basuras y vaciado de virtudes.
Esa herencia maléfica pasó a las nuevas generaciones, a quienes se les denominó con el nombre de “la tierna podredumbre”, proles que hoy ocupan dinásticamente todos los estamentos de la república. De ahí el deterioro sideral del Paraguay.
Señores, nuevos afiliados o a afiliarse… este no es el partido colorado, es un fantasma… no caigan en el engaño de la “propaganda oficial”… hay una falsedad absoluta… los truchos, los falsarios, los ficticios y los peluquines, caerán como moscas y huirán despavoridos… deberán rendir cuentas de sus actuaciones, de sus atropellos y de sus violaciones… aquél momento llegará.