14 de diciembre de 2025
Julio Berdegué* y Pablo Aguirre** El 15 de septiembre se dio a conocer el informe “El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo”, publicación conjunta de cinco organizaciones de las Naciones Unidas, incluida la FAO. El estudio de 144 páginas presenta numerosos resultados y análisis en diversas dimensiones e indicadores, pero el mensaje es uno: tras una larga tendencia a la baja en los niveles de hambre en el mundo, hoy estamos en retroceso.
Una herramienta de política de redistribución de riqueza y de fortalecimiento socioeconómico de las comunidades rurales. Los programas de compras públicas de alimentos a la Agricultura Familiar han sido una herramienta novedosa y que permite cosechar buenos resultados en la lucha contra el hambre en América Latina y el Caribe.
Naciones Unidas proclamó 2016 como el Año Internacional de las Legumbres en reconocimiento al papel fundamental que juegan en la seguridad alimentaria y nutricional, la adaptación al cambio climático, la salud humana y la de los suelos.
Para sembrar las semillas de la paz, necesitamos semillas. ¡Y también a los agricultores para plantarlas! La seguridad alimentaria y un sector agrícola saludable pueden desempeñar un papel central en los esfuerzos para prevenir los conflictos y construir la paz.
La conferencia sobre el cambio climático (COP 21) que tendrá lugar en París tras los recientes actos de barbarie terrorista, es una nueva oportunidad para la comunidad internacional de reunirse y mostrar su compromiso con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la forma más adecuada para promover un mundo más justo, más seguro y más incluyente, en el que nadie sea dejado atrás.