El zoológico fue creado en 2011 y confiscado en 2013 por las autoridades hondureñas al cartel de Los Cachiros, cuyos miembros, supuestos empresarios, corrieron a entregarse a la justicia de Estados Unidos al ser desenmascarados por la agencia antidrogas norteamericana, la DEA.
El proyecto busca la reproducción de estos imponentes ejemplares, una suerte de cerdos gigantes de andar lento y pelaje negro brillante, distribuidos en establos entre unos 500 animales de 48 especies exóticas del zoológico escondido entre montañas, a 150 km al norte de Tegucigalpa.
El padrón o semental Frank y su pareja Francis, junto a Almendra y los restantes tapires -diez en total-, comparten un paraje natural de 12 hectáreas entre 220 hectáreas de bosques y pastizales, con la jirafa Big boy, los leones africanos Simba y Mufasa, los tigres de bengala Lala, Esperanza, Kenia y Cata; y los hipopótamos Bumburi, David, Bomboncita y Marina.
También hay pumas, jaguares, camellos, cebras, venados, avestruces, babuinos, monos, ñús, alpacas, ponis, pavos reales, guacamayas y muchos otros.
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El parque es una copia de la hacienda Nápoles del ejecutado Pablo Escobar, construido en un lugar estratégico de difícil acceso por una carretera de tierra cerca de la localidad de Santa Cruz de Yojoa. Al igual que lo hizo el capo colombiano, Los Cachiros lo usaban como lugar de reunión con sus invitados.