Los científicos estudian a estas arañas invasoras desde que llegaron a Georgia alrededor de 2013. Algunas son de color rojo vivo y azul oscuro.
En los bosques de la zona se ven sus telarañas, que pueden llegar a medir más de un metro de diámetro y les pueden servir de paracaídas para desplazarse sobre largas distancias gracias a las corrientes de aire.
Lea más: Vecinos en pánico por muerte causada por picadura mortal de araña
“En el norte de Georgia están prácticamente en todas partes, por todo mi jardín”, dijo a la AFP Andy Davis, de la Universidad de Georgia.
Probablemente llegaron a bordo de un contenedor o de un camión y es más que probable que sigan colonizando Estados Unidos, hacia el norte.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Intentaron rastrearlas
Los investigadores intentaron rastrearlas en el país y han observado especímenes en Carolina del Sur y del Norte, Tennessee e incluso Oklahoma.
En condiciones normales deberían tardar unos 20 años en llegar a la capital, Washington, según Davis, pero podría ocurrir mucho antes porque en ocasiones recorren cientos de kilómetros en el interior de coches sin que los ocupantes se den cuenta.
El estudio de Davis y de su colega Ben Frick también examinó las características de estas arañas: se alimentan de pequeños insectos, como los mosquitos, y pueden sobrevivir breves periodos de heladas. En general, como son de Japón, se adaptan a climas templados.
Clemencia
La gente suele asociar a las especies invasoras con consecuencias negativas. Es el caso por ejemplo de la lycorma delicatula, un insecto originario del sudeste asiático que desembarcó en Pensilvania en 2014 y diezmó árboles frutales y otras plantas.
Pero, según Davis, las arañas Joro no son motivo de preocupación.
Él las compara con otra especie que llegó a Estados Unidos hace 160 años procedente de los trópicos, las arañas de seda dorada (Trichonephila clavipes), ahora presentes “en todo el sureste (del país) y que no causan ningún daño”.
“Llevan ahí tanto tiempo que se han integrado al ecosistema y las arañas Joro podrían seguir la misma trayectoria”.
Incluso podrían ser devoradas por ciertos depredadores, como lagartos o pájaros.
