Tingasu

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Tingasu (Piaya cayana), foto gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.
Tingasu (Piaya cayana), foto gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.

Especie número 7 del manuscrito y 265 de los Apuntamientos, con las denominaciones de Tingasú y Tingazú, respectivamente.

Félix de Azara anotó que esta ave es muy conocida con el nombre de Tingazú “aunque algunos guaraníes le llaman guirapayé, que equivale a ave hechicera”, porque -advirtió- “cuentan que su carne comida hace el efecto de una purga, y algunos le atribuyen hechicerías y simplezas (…) pero es cierto que los naturales tienen algunas agüerías con este pájaro, y que nadie le come; ya sea por eso, o porque su carne es purgante, o ya porque aquí se hace poco caso de los pájaros”.

Bertoni (Vocabulario) recogió para esta ave los nombres de Tĩnguasú, que tradujo al español como punta o cola grande, y de Gwihrá padjé, o ave talismán, porque -como explicó- “Pretenden los indios que por medio de un procedimiento especial produce un talismán para encantar a las niñas”; en tanto que Gatti (Enciclopedia), por su parte, los de Tingasú y de Guĩrá-payé.

Nuestro naturalista mató de un fusilazo al individuo que describió. En sus Apuntamientos no refirió si tuvo otros individuos, solo indicó -al aclarar que andaba a pares- que en una ocasión llegó a ver 4 juntos -que presumió “fuesen padres e hijos”-, y que “los tingazús que he visto y tenido eran idénticos en colores”. Lo que sí resulta innegable es que solo los había visto “en el Paraguay, donde no abunda, ni tiene diferencia sexual”.

Nomenclatura

Sonnini no pudo afirmar o negar que, el Coucou cornu o Atingacu del Brasil (Piaya cayana) y el Coucou piaye (Piaya cayana) descriptos por Buffon, fueran de la misma especie como lo sostiene Azara con mucha probabilidad; esto porque al primero solo se lo conoce a partir de una descripción imperfecta de Marcgrave, la que no es suficiente para establecer un juicio exacto sobre él. Lo que sí pudo afirmar, como lo hizo Azara, fue que tal Tingazú es de la misma especie que el Coucou piaye de Buffon, conocido como Taparara entre los Galibis, un pueblo de la Guayana.

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Estudios resientes acreditan que el Coucuou cornu de Buffon, o Cuculus cornutus de Linneo, no es otro que el Piaya cayana, puesto que las descripciones de Buffon y de Linneo están basadas en las referencias y en el grabado que de dicho Atingacu dio Marcgrave, cuyo grabador transformó en forma de cuernos las plumas desordenas que el ave exhibe en la pintura original que le sirvió de modelo, la que se conserva en el Museo Estatal de Berlín.

Azara, en sus Apuntamientos, comentó en cuanto al Coucou cornu de Buffon:

“Mi autor describe a su coucou cornu, ou l’Atingacu du Bresil, tomando el primer nombre de Brisson y Linneo, y el segundo de Marcgrave, que dice le llaman en el Brasil atingacu camacu; pero no dudo que este autor debió escribir como yo omitiendo el apellido, ni que el nombre de coucou cornu es impropio, como deducido de que la pluma larga de la cabeza se eleva cuando quiere el pájaro, formando un copete dividido a manera de dos cuernos; porque es supuesta la tal elevación de copete; y si es que la tenía el que vieron, que quizás sería esqueleto, fue porque artificialmente se lo habrían erizado para darle más extrañeza. Buffon le da cabeza gruesa, cuello corto, pico corvo, y cola con 10 plumas en escalera; que son caracteres de familia. También lo es tener dos dedos detrás, según los marca la estampa de Marcgrave; y el decir éste que los tiene a la manera ordinaria, debe entenderse de su familia, y no como el común de los pájaros. Buffon no habrá visto al tingazú, cuando no da su estampa; ni sé de dónde pudo sacar las medidas erradas que le señala, y son: cuerpo tres pulgadas: cola nueve. También se equivoca dándole pies cenicientos, y pico verde amarillazo. En cuanto a colores acordamos bastante, aunque estoy por los míos. Dice: «el iris es rojo: todo sobre la cabeza y cuerpo color de hollín. También lo son las alas y cola; pero esta más opaca, y con las puntas de un blanco acanelado, sombreado de negro que acaba en blanco puro. La garganta cenicienta, como todo bajo del cuerpo»”.

Tingasu (Piaya cayana), foto gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.
Tingasu (Piaya cayana), foto gentileza de Oscar Bordon, Naturaleza de Paraguay en fotografía.

Y, sobre el Coucou piaye:

“Después le duplica con el nombre de coucou piaye que le dan en Cayena (…) Dice que es tan poco arisco, que solo se escapa a punto de pillarle; pero se engaña: ni esto conviene con lo que añade, que muda de sitio continuamente; lo que también es equivocación, porque está algunos ratos muy quieto, no en las ramas bajas de las costas de ríos, sino en las altas de los bosques grandes de todas partes; pues no bebe, ni necesita el agua, ni sus producciones. Yo no sé de dónde sacan la comparación de su vuelo con el del Martín pescador, que en nada se le parece, sino en ser horizontal. Asegura que no tiene voz (…) En fin entre lo que refiere de costumbres no hallo otra cosa creíble, sino que levanta y baja la cola. Las medidas son puntuales, pues le da quince tres cuartos de pulgadas: cola diez: braza quince un tercio: tarso catorce un medio de líneas: pico catorce; y dice, que ha visto otro un poco mayor en el Gabinete de Mauduit. Los colores son los mejor descriptos, y no obstante me atengo a los míos. Dice: «sobre la cabeza y cuerpo es castaño rojizo, incluyendo las 10 plumas de la cola, que van en escalera muy desigual, y terminan con blanco, y los remos en pardo. La garganta y lo anterior del cuello son de un castaño, más claro y variable en diferentes individuos; y el pecho y todo bajo del cuerpo cenicientos: pico y pies grises pardos». La estampa 211 solo le marca catorce un medio de pulgadas: no le señala negro en el vientre: le tiñe el tarso de azul fuerte; el pico y el iris amarillos; y no hace notable la peladura del ojo”.

Dicho Coucou piaye (Piaya cayana) de Buffon está retratado en la estampa iluminada número 211 de Martinet con el nombre de Coucou de Cayenne.

El Tingazú de Azara corresponde a la subespecie clasificada por Gambel originariamente como Piaya macroura (Piaya cayana macroura; 1849, Remarks on the Birds observed in Uper California, with descriptions of New Species, in Journal of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia, ser. 2, v. 1, p. 215).

El epíteto que identifica a dicha subespecie está formado con las palabras griegas makrós/grande o larga y ourá/cola: con la cola grande; y corresponde al siguiente carácter señalado por Gambel: “Su ancha y larga cola presenta hermosos reflejos púrpuras; debajo es casi negra, y cada pluma tiene una punta blanca”.

Costumbres

Sobre las de esta especie señaló nuestro naturalista en su manuscrito:

“Vive en bosques altos y espesos, y también por los arroyos, y es común en toda la Provincia. Dicen que baja al suelo, pero lo dudo, no conozco diferencia entre macho y hembra; que por lo regular van juntos, aunque a veces se juntan tres o cuatro, así los he visto varias veces, y no en bandadas (…) No vive de las cosas o semillas de chacras, ni es ave que se alborote o huya de la vista del hombre, al contrario, sucede algunas veces, según me aseguran testigos de vista, que estando parado en algún arroyo no se mueve, y si para echarlo de allí se le tiran palitos (aquí no hay piedras), no solo no se va, sino que chilla levantando su copete, y mudándose de una rama a otra, mira al hombre con aire enfadado. Su volar es horizontalmente recto, y despacio”.

En sus Apuntamientos agregó:

“Sale poco de los mayores bosques a sus orillas, y jamás se encuentra en descampados, ni baja al suelo, ni aún a la mitad inferior de los árboles; pero los corre fácilmente, metiéndose por cualquier abertura de las ramas y enredadizos, buscando sus orugas. Vuela a la manera de los annós y piririguá, y va solo o con su amada (…) no la he oído, [pero] me aseguran gentes de verdad, que grita a veces altamente y mal”.

Nido

Azara consignó sobre el nido del Tingasu:

“dicen que hace su nido de palitos en los árboles; que no lo cubre; y que pone dos huevos”; y ninguna información nueva obtuvo al momento de redactar sus Apuntamientos.

Caracteres

Describe Azara a esta especie con iguales términos en los Apuntamientos y en el manuscrito, por lo que no vale la pena ocuparse de ellos.