Con el reto de garantizar la autonomía de Europa en esta materia y avanzar, con nuevos proyectos, en la exploración, mañana lunes, el protagonismo será para la ESA, que celebra una cumbre a la que acudirán ministros vinculados a estas políticas y con tres puntos principales encima de la mesa: cambio climático y sostenibilidad, el futuro de la exploración espacial y los nuevos lanzadores -el punto más crítico del debate-.
La agencia quiere dar "pasos decisivos" para hacer del espacio un instrumento "aún más importante" para gestionar el cambio climático, de ahí su gran apuesta por programas de observación de la Tierra como Copérnico, que quiere reforzar y mejorar la explotación de sus datos.
También en este campo, apuesta por la política de "cero desechos" en el espacio; su objetivo es que todas sus misiones sean neutras en residuos para reducir las cifras de basura espacial. En la cumbre, se abrirá la "carta de basura cero" para su firma tanto al sector público como privado, confirmaron fuentes de la ESA.
La agencia está decidida, además, a abrir una "nueva era de modernización" en la ejecución de sus programas, en respuesta a la creciente comercialización y privatización de las actividades espaciales, en particular en los ámbitos del transporte espacial y la exploración espacial.
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En este sentido, propondrá la convocatoria de un concurso entre empresas innovadoras con sede en Europa para desarrollar vehículos que permitan proveer de suministros a la Estación Espacial Internacional en 2028 y devolver carga a tierra.
La intención es que este vehículo de servicio pueda adaptarse posteriormente para transportar tripulación a la estación u otros destinos.
Una de las grandes apuestas del director general de la ESA, Josef Aschbacher, es que Europa refuerce su autonomía en el espacio, sobre todo tras la suspensión de la cooperación entre la ESA y la agencia rusa Roscosmos por la guerra en Ucrania.
Esta autonomía pasa también por los lanzadores y Europa ahora no puede servirse de los cohetes rusos Soyuz. Pero este no ha sido el único problema.
En diciembre de 2022 se perdió un ejemplar de la nueva versión del cohete europeo Vega (Vega C) con dos satélites y el lanzamiento del Ariane 6 acumula sucesivos retrasos -ambos de Arianespace-. Esto ha hecho que la ESA recurra a lanzadores de la firma privada estadounidense Space X para las misiones Euclid y Hera, "como medida temporal".
Si bien desde la agencia se asegura que pronto el Vega C y el Ariane 6 garantizarán el acceso europeo al espacio, los países integrados en esta organización tendrán que buscar nuevas soluciones competitivas ante un mercado -admiten- que ha cambiado radicalmente.
La otra cita importante es la reunión informal ministerial de Competitividad del Espacio, que presidirá el día 7 la ministra de Ciencia e Innovación en funciones de España, Diana Morant.
Se celebra en el marco de la presidencia española rotatoria del Consejo de la UE y en ella también se debatirá sobre las posibles medidas para garantizar el acceso autónomo de Europa al espacio mediante el impulso de nuevos sistemas de lanzamiento.
Se hablará asimismo de la necesidad de los servicios espaciales para acometer la doble transición digital y verde, y habrá un diálogo con representantes de países como Chile, Argentina, Brasil, México y Colombia.
