Las causas de su fallecimiento no fueron divulgadas, aunque en los últimos meses enfrentó diversos problemas de salud, de acuerdo con medios locales.
Nacido en São Paulo, el 15 de marzo de 1948, Mortari dedicó cuarenta años de su vida a entrenar equipos de baloncesto, entre ellos la selección brasileña, a la que dirigió en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.
La Confederación Brasileña de Baloncesto (CBB) lo definió como un "técnico histórico y un personaje fundamental" de la disciplina en el país, reconocido por su "trayectoria victoriosa" y por construir "un legado que atraviesa generaciones".
"Fue un gran ídolo de nuestra historia. Un entrenador de increíble calidad táctica, un campeón", expresó el presidente de la CBB, Marcelo Sousa, en una nota de pésame.
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Antes de iniciar su exitosa carrera en los banquillos, pisó la pista como jugador. Empezó con 11 años en las categorías inferiores del Palmeiras y fue ascendiendo hasta el primer equipo.
Sin embargo, a los 25 años, se retiró de las cuadras y empezó su trayectoria como entrenador.
Triunfó con la pizarra en su Palmeiras, donde lanzó a la leyenda nacional Oscar Schmidt, así como en el Esporte Clube Sírio, con el que logró el Campeonato Mundial de Interclubes de 1979 y tres Campeonatos Sudamericanos.
Con los años sumó una larga lista de clubes brasileños en su expediente, como Bradesco, Corinthians, Pirelli, Telesp,, Rio Claro, Mogi das Cruzes, Mackenzie, Flamengo, Campos, Paulistano, São Bernardo, São Paulo -su último trabajo entre 2018 y 2021- y Esporte Clube Pinheiros.
Con este último venció la Liga de las Américas de 2013.
"Más allá de los títulos, Mortari deja un legado basado en la formación, la valorización de los fundamentos del juego y la ética profesional. Su contribución trasciende cifras y trofeos, y permanece viva en la historia del baloncesto brasileño", resaltó la CBB en la nota.
