En medio de la pandemia mundial del coronavirus, el fútbol está parado por completo en nuestro país y en la mayoría del planeta; hay, sin embargo, países donde los gobiernos no le dan importancia a la amenaza y continúa la competencia deportiva, como es el caso de Bielorrusia. En Tailandia el balón sí rueda, pero solo para entrenar.
–Hace poco que se declaró el estado de emergencia en Tailandia. ¿A efectos prácticos, qué supone?
–No nos está suponiendo mucho. Es cierto que solo abren supermercados, farmacias y tiendas de productos básicos pero la gente puede salir. Esa es la principal diferencia. En teoría tendría que ser lo mismo, lo que pasa es que en Tailandia la gente es diferente y el Gobierno intentó actuar de otra manera.
–Una de las cosas que más preocupa allí es el movimiento de personas, lo que ha llevado a que la enfermedad se expanda por todo el país. ¿Siente que ha aumentado mucho el control en este sentido?
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–Nosotros ahora mismo no podemos viajar de provincia en provincia. Es una ley y si quieres ir a otra provincia tienes que tener un motivo muy grande. Eso es positivo porque el foco grande es en Bangkok pero realmente la población que vive allí es de otros lugares de Tailandia y siempre hay un movimiento masivo. Están intentando controlar a la gente con una aplicación para el móvil.
–Ha habido críticas al rey a través de las redes sociales por su forma de actuar ante esta crisis. ¿Sorprende teniendo en cuenta la importancia de su figura en el país?
–Ese es un tema bastante complicado, allí a nadie se le permite hablar de ese tema. Aquí es un tema muy delicado hablar de la política y del rey. Te puedes meter en problemas si realmente dices algo en contra de él. La monarquía se respeta mucho aunque también es cierto que ahora mismo la gente se está volviendo un poco en contra.
–¿Y el fútbol?
–La liga se ha aplazado hasta el 2 de mayo. Pero, sinceramente, creo que ahora es primordial recuperar el estado normal e intentar frenar este virus que es bastante peligroso. La salud es lo único que tiene que importar ahora mismo y el resto ya se verá. Si no se puede jugar hasta junio seguramente se cancele todo y se juegue el año que viene. Vamos a ver qué sucede. Cualquier cosa que digan la tenemos que aceptar y tirar para adelante.
–¿Qué rutina tienen para no perder la forma?
–Nosotros seguimos entrenando. No tenemos prohibido el entrenamiento, podemos desplazarnos al campo y volver. Nos han pedido que intentemos no ir a lugares públicos, ir lo menos posible al supermercado.
–¿Echa de menos ir con la selección venezolana?
–Dejé de ir por problemas personales. A mi madre le diagnosticaron un cáncer y prefieres no comerte viajes de cuarenta horas para llegar allí, jugar o no jugar, y volver. La cabeza no está donde tiene que estar. Lo dejé un poco de lado y al final me dejaron de llamar, es normal. Además hay gente joven que está viniendo fuerte y se merece jugar. No lo llevo mal, fue una experiencia muy bonita que me permitió coincidir con grandes jugadores y grandes compañeros. Me lo he pasado bien, he tenido la posibilidad de jugar una Copa América... no puedo pedir más, estoy muy feliz de la experiencia.
–¿Cómo ve el fútbol venezolano en la distancia? Da la sensación de que sigue dando pasos hacia adelante.
–Sí, tiene jugadores de talla mundial. Ahora están saliendo jóvenes de mucha calidad. Además hay gente con experiencia y jerarquía que dar un grandísimo nivel como Tomás Rincón o Rondón. Están formando un equipo bueno pero se necesita mucho trabajo para conseguir el objetivo de ir al Mundial. Creo que hay que sufrir mucho, trabajar mucho. Nuestra eliminatoria es bastante complicada, por no decir la más difícil del mundo.
