El fútbol paraguayo reanudó la temporada en medio de la pandemia del coronavirus y después del escándalo de los 52 falsos positivos entre clubes y el grupo de Árbitros. El torneo Apertura, sin presencia de público como medida de seguridad, disputará este fin de semana la tercera jornada desde el reinicio, pero el desarrollo íntegro del campeonato depende de las condiciones sanitarias. En los últimos dos meses, el país sufrió un aumento de casos, con un saldo actual de 46 fallecidos.
Robert Harrison, quien dirigió el jueves la Asamblea General Ordinaria de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), admitió que la continuidad del certamen depende las decisiones del Gobierno, que determinó el retroceso de fase en Alto Paraná por la cantidad de contagiados. “Nosotros somos conscientes de que vamos a continuar hasta que las condiciones estén dadas. No vamos a arriesgar absolutamente nada ni mucho menos la vida de algún integrante del mundo del fútbol”, señaló.
“El fútbol nosotros lo vamos a cuidar de una manera especial como lo venimos haciendo. Cuando conversamos con el señor ministro, Julio Mazzoleni, aclaramos ciertos puntos: por un lado nos felicitó por llevar adelante el desarrollo del torneo y por otro, nos dio un tirón de orejas en cuanto a los espectáculos deportivos y la aplicación del protocolo”, agregó el mandamás de la entidad. “Estamos en concordancia con el ministerio, trabajando en conjunto y así lo vamos a seguir haciendo”, siguió.
Harrison fue claro y puntualizó que todos los torneos están en peligro, incluyendo a la Primera División. “Todos los torneos están en peligro (…) La situación de todos los torneos de la Intermedia para abajo está sumamente complicado llevar adelante”, reveló sobre las demás categorías, que aguardan iniciar la temporada pese al alto costo que demandará la realización del protocolo sanitario y el control semanal de los planteles.
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