“Había un problema vinculado con el fair-play financiero que nos dejó sin margen para una negociación. Invertir en que Leo Messi siguiera, ponía en riesgo el futuro del Barcelona”, completó Laporta.
La cuestión no llegó a buen puerto y Messi, después de 21 años en Barcelona y 17 temporadas como profesional, terminó emigrando al París SG sin costo al finalizar su contrato.
El hombre que pasará a la historia como aquel presidente que dejó que Messi se marchase (algo que evitó en su momento su predecesor, Josep María Bartomeu), confesó también que “sabía que si no seguía con nosotros, se marcharía al PSG”.