. La carrera de Fede Valverde
Recibió el balón en su propio campo, la primera mitad espiraba y el Real Madrid perdía ante el Mallorca en el Santiago Bernabéu. El uruguayo no lo pensó. Antes de que pitase el descanso el colegiado le daba tiempo a una carrera contra el mundo. Y allá se lanzó. Encarando rivales con el balón controlado con la diestra y saliendo hacia ese lado en cada impulso, hasta que se aproximó al área, cambio el perfil y sin pensarlo soltó un zurdazo a la escuadra para enmarcar. Es la garra que siempre enamora al madridismo. Una acción que plasma el crecimiento de un futbolista que dio el salto de calidad, impone su físico y se adapta a la posición donde le ponga Carlo Ancelotti.
. El sufrimiento de Lopetegui
Totalmente empapado el polo que vestía, con el pelo mojado por la tensión vivida, y una cara que reflejaba el sufrimiento pasado, se marchó Julen Lopetegui del césped del RCDE Stadium. Sabía que se jugaba el puesto, que todo lo logrado hasta el momento con el Sevilla no servía de nada porque el fútbol vive del presente y su equipo protagonizaba el peor arranque de temporada posible. Pese a que al primer minuto ya ganaba por tanto de Lamela, la expulsión del argentino provocó que la tensión fuese máxima en los últimos minutos. El técnico vasco batió seguro su récords de kilómetros caminados en la banda, siempre fuera de la zona técnica, viviendo al máximo cada jugada, quitando tensión al celebrar los goles y al borde del infarto en el minuto 100 cuando un testarazo a punto estuvo de arrebatarle la victoria.
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. Unai Núñez tendido en el césped
El sentimiento de frustración de un defensa en contraposición de la expresión de alegría de un goleador. Fue lo que recorrió el cuerpo de Unai Núñez que a la segunda quedó tendido boca abajo sobre el césped del Metropolitano, maldiciendo su mala fortuna. Intervino sin querer en dos de los cuatro goles del Atlético de Madrid. La primera ocasión a un disparo de Rodrigo de Paul al que cambió la trayectoria con su espuela sin intención, sin poder apartarse. La segunda en pleno esfuerzo defensivo intentando frenar la carrera de Cunha y tapar espacios al remate escorado, con tan mala suerte acabar siendo él quien impulsó el balón hacia su propia portería. Acciones que darán durante horas vueltas en su cabeza con el deseo de que el tiempo pase rápido y llegue pronto el próximo partido del Celta.
. La mala sensación de Gerard Moreno
Ya lo había sufrido ante el Betis la pasada temporada y la historia se repitió para desesperación de Gerard Moreno. Su mala fortuna con las lesiones se inició hace un año con la selección española y desde entonces enlazó varias que afectaron a su pasado curso con el Villarreal. Ahora, que había recuperado su importancia en el equipo y tenía continuidad, sintió un fuerte dolor en la pugna por un balón con dos rivales y se dejó caer de inmediato al césped del Villamarín. Pidió el cambio y en el banquillo, con la mirada perdida, mordiendo con impotencia una botella de agua, con una bolsa enorme de hielo en la parte trasera del muslo izquierdo, regresaban antiguos fantasmas y por su cabeza seguro que pasaba que se alejan las opciones que tenía de volver a ser llamado por Luis Enrique a dos meses del Mundial.
