"Ha sido una día maravilloso. Estoy feliz, no triste. He disfrutado de ponerme mis zapatillas una última vez. He tenido a mis amigos aquí, mi familia, a compañeros... Estoy muy contento de haber jugado el partido", añadió el helvético, que no paró de llorar en toda la ceremonia de despedida.
"Nunca hubiera esperado todo esto. Yo solo quería jugar al tenis. Ha sido perfecto, lo haría de nuevo. Mi final ha sido como lo deseaba".
