"Teníamos estos requisitos: volver al Camp Nou antes del 29 de noviembre de 2024, cuando el FC Barcelona cumplirá 125 años, que se entregue la obra acabada en julio de 2026, y que tenga un precio máximo garantizado, alrededor de los 900 millones de euros", añadió en este sentido Fort en la sala de prensa Ricard Maxenchs del Spotify Camp Nou tras la reunión ordinaria de la junta directiva que se celebró este lunes, en la que se tomó la decisión.
Además, la vicepresidenta institucional dijo que la decisión de otorgar la remodelación del feudo azulgrana a Limak fue tomada "por unanimidad en la junta directiva", aunque puntualizó que el directivo responsable del Espai Barça, Jordi Llauradó, "no asistió a la reunión porque estaba fuera de Barcelona por motivos profesionales" y que "prefirió no emitir su voto para evitar suspicacias y por ética profesional" teniendo en cuenta que se dedica al mundo de la construcción.
Antes de llegar a esta decisión, el proceso ha pasado por cinco fases de licitación, según explicó el club. En la fase valorativa, hubo una parte técnica, en la que las constructoras necesitaron sumar una nota mínima de 70 puntos sobre 100 para acceder a la parte económica, que también se valoró sobre un total de 100 puntos.
El proyecto deportivo más importante de Limak Construction fue la construcción del Mersin Arena, en la citada ciudad turca, que con una capacidad de 25.534 espectadores acogió las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos del Mediterráneo en 2013.
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Preguntada por esta falta de experiencia por parte de Limak en recintos deportivos de grandes dimensiones como el Camp Nou, Fort argumentó que "tener experiencia en estadios no siempre es un requisito esencial".
Esta empresa turca, que fue fundada en 1976, está especializada en la construcción de hoteles, autopistas, aeropuertos y plantas hidroeléctricas, y ha realizado proyectos internacionales en Kuwait, Catar, Arabia Saudí, Macedonia del Norte y Pakistán, entre otros países.
El inicio del grueso de las obras de remodelación del Camp Nou, previsto para cuando finalice la presente temporada, comportará que el primer equipo de fútbol masculino tenga que mudarse como mínimo una temporada al Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc (Barcelona).
Durante el parón por el reciente Mundial ya se demolió una parte de la tercera gradería en la zona del gol sur.