El equipo valencianista se encuentra en la competición liguera a tres puntos del descenso, aunque con un partido menos, el que deberá disputar en el Santiago Bernabéu, y su gran esperanza para volver a levantar un título y retornar a Europa estaba depositada en la Copa del Rey, donde en el sorteo de cuartos de final evitó a los equipos de Liga de Campeones y, además, tuvo la fortuna de jugar como local en Mestalla ante el Athletic.
Sin embargo, la imagen ofrecida por los jugadores entrenados por Gattuso fue lamentable. En defensa, volvió a demostrar la endeblez ofrecida en la Liga, donde el rival con muy poco le hace daño y le marca, a lo que añadió una incapacidad ofensiva que hasta ahora no había mostrado. El Valencia no fue capaz de generar peligro, su único gol llegó en un tanto en propia puerta de los bilbaínos, y su capacidad de reacción con el marcador en contra fue nula.
El propio técnico italiano admitía en la rueda de prensa posterior que "la imagen del equipo ha sido muy mala". "El equipo ha dado todo lo que tenía, pero hemos hecho un partido sin calidad. Cuando se juega así unos cuartos de final con posibilidad de pasar a una semifinal significa que hemos tocado fondo. Hemos jugado con miedo y cuando un equipo hace un partido de este modo tengo que pedir perdón, porque soy el responsable. Con miedo es muy difícil competir".
Gattuso no quiso escudarse en la falta de refuerzos en este mercado invernal, a pesar de que los pidió y con urgencia, pero una vez más la gestión de Meriton al frente del club ha hecho aguas. El Valencia afrontó un mes de enero frenético con la Supercopa de España, la reanudación de la Liga tras el Mundial y la Copa del Rey sin que el club fuera capaz de realizar ni un solo fichaje.
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La llegada de Gattuso y la apuesta del italiano por un estilo futbolístico más agresivo y ofensivo ilusionó este verano a la afición valencianista que, sin embargo, vio como con el paso de las semanas el equipo, formado por una plantilla muy joven y reforzada, una campaña más, por jugadores cedidos en su gran mayoría, se iba desinflando.
El Valencia ha disputado 21 partidos oficiales esta temporada, de los que solo ha sido capaz de ganar en siete ocasiones y dos de ellas ante rivales de inferior categoría en la Copa del Rey.
La victoria conseguida por 3-0 ante el Betis en la última jornada de Liga antes del parón del Mundial, que ponía fin a una racha de cinco jornadas sin ganar y las buenas prestaciones ofrecidas en la Supercopa ante el Real Madrid, donde cayó eliminado en la tanda de penaltis, fueron un espejismo. Dos partidos seguidos en Mestalla ante rivales de la zona baja como el Cádiz y el Almería, que se saldaron con una derrota y un empate, unido a la eliminación copera, han devuelto al equipo a su triste realidad.
Mestalla despidió el jueves a los suyos con una pañolada generalizada, silbidos y gritos contra Peter Lim, que se reprodujeron en los aledaños del estadio a la conclusión del encuentro copero.
Distintas asociaciones opositoras a la gestión de Meriton mostraron una vez más su rechazo y han anunciado, como en el caso de 'Libertad VCF', una convocatoria para el próximo partido en casa para mostrar "una protesta que se pueda ver en todo el mundo", además de solicitar a la presidenta LayHoon Chan que solicite a Peter Lim que haga público un cuaderno de venta de su paquete accionarial.
Además, pidieron a los partidos políticos con funciones de gobierno y a los que desean alcanzarlas en las próximas elecciones, que las negociaciones que puedan tener con Meriton Holdings "vayan encaminadas a lo que realmente le importa al valencianismo, que es la recuperación del club y la salida de los peores gestores de nuestro club en 100 años de historia".
En lo deportivo, Gattuso busca explicaciones y admite abiertamente que ahora deben luchar por alcanzar cuanto antes los 40 puntos que podrían garantizar la permanencia, un objetivo tan triste como real para un equipo que en la última década ha perdido su prestigio y ha pasado de jugar en Europa y codearse con la élite a vagar por la zona media-baja en España y no catar desde hace tres años la competición internacional.
Y que solo sea eso, ya que la inexperiencia de la plantilla da poca confianza si el equipo no es capaz de levantar el vuelo y se ve inmerso en la lucha por la permanencia.