"Es una gran oportunidad no solo para mí sino para todos los refugiados. Habrá refugiados de 16 países, será algo internacional. Lo importante no es si mi equipo o yo jugaremos bien, es una buena oportunidad y la disfrutaremos todos", explica en declaraciones a EFE.
"No sé cuál es el nivel del resto de rivales pero prometo a todos los que nos apoyan que daremos lo mejor de nosotros. Es nuestra primera experiencia en un torneo internacional y estamos entre emocionados y nerviosos", dice mientras sueña con suceder en el palmarés a Suiza, ganadora de la primera edición en el 2022.
Ebrahim juega de delantero y se fija en el argentino Leo Messi y en el sueco Zlatan Ibrahimovic, cuyo apellido tiene una sonoridad parecida al de su nombre: "Me gusta su manera de jugar y yo lo hago un poco como él, aunque no soy muy alto dejo todo en el campo".
En Afganistán estudió derecho y ciencias políticas en la universidad mientras su familia trabajaba para el gobierno español. Por ello tenía claro hacia dónde quería dirigir sus pasos tras la llegada al poder de los talibanes. Sin embargo el camino fue tortuoso y a punto estuvo de perder la vida en él cuando vivió de cerca un terrible atentado en el aeropuerto de Kabul mientras se preparaba para cambiar su destino.
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"Estuve cerca de la explosión. Había mucha gente, como mil o dos mil personas en una calle pequeña. Escuché el sonido de la explosión y cuando abrí los ojos vi restos humanos, a gente gritando alrededor aunque no podía oírla. Durante una o dos horas todos estuvimos así porque el ruido de la explosión dañó nuestros oídos", indica.
"Mi familia trabajaba para el gobierno español y me habían dicho que ese iba a ser el último avión que saldría desde Afganistán. Durante un mes solo hacía que preguntarme cómo estaba vivo. Con el paso del tiempo me encontré mejor y empecé a buscar otra solución, a esperar a que las fronteras volvieran a estar abiertas hacia otros países donde estuviera presente la embajada española", añade.
Fue entonces cuando puso rumbo a Irán: "Llegué con muchas dificultades. Allí estuve 4 meses y vi mucho racismo, graves amenazas no solo hacia mí sino hacia todos los afganos. Después de muchos problemas, tuve una entrevista con la embajada española allí, conseguí mi visado y pude venir a España por fin".
Ahora intenta dejar todo lo negativo atrás: "Sabía que iba a ser una nueva vida, que tenía que empezar de cero. Estoy muy bien aquí, pero pasé por una mala experiencia en el pasado. Al venir aquí sabía que mi formación no iba a valerme. Lo primero que hice fue empezar a estudiar español y luego pasé a formarme para instalar placas solares fotovoltaicas. Está siendo una buena experiencia".
"Los refugiados siempre tienen problemas económicos, de salud, de seguridad. Cuando dejas tu país dejas a tu familia, asumes que van a pasar años hasta que les veas. Todos tienen historias muy dolorosas y creo que esta es una buena oportunidad para todos nosotros", concluye sobre la Unity Euro Cup.
