Con una capacidad para 34.500 espectadores y construido en 1999, el también conocido como Sky Stadium es el segundo mayor estadio de Nueva Zelanda y forma parte del escenario de Wellington, así como de la historia reciente del fútbol neozelandés.
"El Estadio Regional de Wellington es indiscutiblemente el hogar del fútbol neozelandés en la era moderna", sentencia la FIFA.
Durante el Mundial, el local acogerá un total de nueve partidos y por sus céspedes desfilarán selecciones como Suecia, Filipinas e Italia, además de España y la coanfitriona Nueva Zelanda.
Igualmente será el punto de encuentro para la repetición de la final del torneo de Francia 2019 entre Estados Unidos y Países Bajos, que terminó con el triunfo de las estadounidenses y por lo que las holandesas podrán finalmente tener su revancha.
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Sus cinco puertas de acceso revelan pinceladas de la historia del país, a través de imponentes figuras que rinden tributo a los pueblos originarios que vivían en la región hasta 1840, cuando Nueva Zelanda se convirtió en una colonia británica (1840-1907).
En ellas están retratadas, con trazos, figuras, símbolos y patrones, importantes símbolos de la cultura local, como las montañas, las plumas, los espíritus y divinidades.
Este estadio es además el hogar absoluto del equipo de fútbol de la ciudad, el Wellington Phoenix, aunque alberga sobre todo los partidos de la liga de rugby y cricket -dos de los deportes más populares en la nación oceánica.
Sin embargo, el duelo más famoso en "Cake Tin" hasta hoy no tuvo que ver con las pasiones nacionales sino precisamente con el fútbol. Fue en 2009, cuando la selección de Nueva Zelanda -los All White- se enfrentó a Baréin en la repesca para Mundial de Sudáfrica 2010.
Las tribunas del estadio, con aforo completo, se tiñeron de blanco cuando 35.000 hinchas pasaron de la aprensión a la euforia en el momento en que el delantero Rory Fallon marcó un golazo de cabeza y aseguró el pase para la Copa del Mundo tras casi tres décadas de ausencia en el campeonato.
Ahora, el "Cake Tin", estratégicamente ubicado en la punta del popular paseo marítimo de la capital, vuelve a llenarse de aficionados que poco a poco se decantan por el fútbol gracias al Mundial femenino.
Tras la sorprendente victoria de las anfitrionas neozelandesas frente a Noruega, en el partido inaugural del torneo el jueves, el país amaneció al día siguiente con una verdadera inyección de ánimo.
Las calles de Wellington se inundaron con banderas de las Football Ferns, como se conoce la selección neozelandesa, mientras que los residentes no escondían su entusiasmo para ser testigo de los encuentros "entre las mejores futbolistas del mundo".
"La nación se despertó súper ilusionada, el jueves fue tremendo. La victoria ha sido una grata sorpresa y por eso estamos eufóricos, queremos más", relató a EFE la profesora Josie Storm.
Storm aprovechó la presencia de la selección española en la ciudad para intercambiar algunas palabras con las jugadoras, quienes dieron un paseo matutino por el malecón de Wellington antes de su debut mundialista y pararon para saludar, charlar y hacer algunas fotos con los aficionados.
"He conseguido mi foto con Alexia (Putellas) y voy a los dos partidos de España aquí. ¡Es la mejor jugadora del mundo!", contó a EFE la pequeña Laura, de doce años.
Ya sea por sus icónicos duelos deportivos o los multitudinarios conciertos que acogió, como los The Rolling Stones, Elton John, AC/DC o Neil Diamond, el Cake Tin ocupa un lugar especial en el corazón de los locales.
"Wellington no sería Wellington sin su estadio, porque él nos ha brindado demasiadas experiencias placenteras", sintetiza Oliver Taylor.
