El lanzamiento de objetos, mecheros la mayor parte, provocó que Courtois entregase al colegiado uno y que retirase unos cuantos hasta que Busquets Ferrer, que estaba de estreno en un duelo de grandeza, tuvo que suspender de forma provisional el encuentro. Era el minuto 69 y el juego se detuvo por 22 minutos en un bochorno que dio la vuelta al mundo.
La pisada de Bryan Zaragoza
En un día señalado, uno de esos partidos grandes en la carrera de cualquier fubtolista cuando recibe al Barcelona en su casa, Bryan Zaragoza demostró de qué pasta está hecho y por qué el Bayern Múnich pagó su cláusula al Granada el pasado curdo. Encaró a Iñaki Peña y lejos de ponerse nervioso, exhibió uno de esos regates aprendidos en una barriada de Málaga. Como si de un partido de fútbol sala se tratase, pisó el balón, lo arrastró hacia un lado para marcharse con insultante facilidad del portero y marcó a puerta vacía.
La celebración fue la misma que la de un futbolista del eterno enemigo del Barcelona que seguro se alegró de la acción que hacía tambalearse al líder, Brahim Díaz. Mirada a la grada, gesto de incromprensión con las manos abiertas y cara de haberla liado como hizo Bryan. "Eso sale de mí. No se aprende, se tiene", explicó de un regate que le vuelve a impulsar para un posible regreso a la selección española como nuevo referente de un Osasuna que exhibió fortaleza en El Sadar.
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Aspas, celebración con gol
Homenajeado en los minutos previos al partido por alcanzar 500 partidos como leyenda del Celta de Vigo, tras posar con una camiseta conmemorativa y disfrutar de un tifo enorme en un fondo con tres imágenes del gran icono de Balaídos, Iago Aspas sufrió el duelo ante el Girona en el banquillo hasta que recibió la oportunidad de saltar al césped y evitar la derrota de su equipo con un gol de clase.
Bajó hasta el centro del campo para poner criterio a la jugada ofensiva del Celta. Apertura con visión de juego al costado izquierdo y carrera para llegar a zona de remate. Como si tuviera un imán, el centro acabó en dejada de espaldas de un compañero a su precisión en la definición. Más que un disparo fue un toque de clase a la red para desatar su habitual celebración. El sentimiento compartido con un club y una afición. El beso al escudo de un futbolista eterno que a sus 37 años promete aún muchos más goles decisivos.
El despertar de la Real Sociedad
Seis partidos consecutivos sin ganar, un sólo triunfo en su temporada, pleno de derrotas en tres jornadas de LaLiga EA Sports en el Reale Arena, sin marcar un gol desde el 28 de agosto en la competición doméstica. La Real Sociedad necesitaba una alegría ante su afición y la disfrutó al máximo ante el Valencia. Su triunfo más holgado, 3-0, desde hace un año.
El día en el que Kubo, el único que había dado un triunfo a la Real Sociedad con un tanto este curso, se reencontró con el gol. Tempranero para recuperar confianza y acabar rematando al contragolpe a un Valencia inocente. Con la primera aparición goleadora del nuevo 9, Orri Óskarsson. Un doblete de delantero centro puro. Acompañando la transición alejado siempre del defensor para ofrecer línea de pase y marcar en carrera sus primeras dianas ante la locura renacida del Reale Arena.
El error de Agirrezabala
Uno de los duelos clásicos de LaLiga, en San Mamés, dejó un final de infarto en el que renació el orgullo del Sevilla. Por segundo partido consecutivo fue expulsado ante su afición Julen Agirrezabala. En esta ocasión por un mal control para evitar que se pudiese interpretar como cesión el pase atrás de Peio Canales.
El balón se alejó del guardameta que se encontró encima la presión del sevillista Mateo Mejía, al que derribó al borde del área para ser castigado con la tarjeta roja. Se le cayó el mundo encima a Agirrezabala, el portero que debía ser indiscutible ante la lesión de Unai Simón y que le está faltando regularidad. Su sustituto, Álex Padilla, se alió con la mala fortuna en el minuto 95 cuando un balón que dio en la madera y rebotó en un defensa, lo acabó introduciendo dentro de su portería para dar el empate al Sevilla.
El enfado de Pellegrini
Con un penalti a favor del Real Betis llegó una de las imágenes de la jornada, el enfado de Manuel Pellegrini en el banquillo. Ez Abde se saltó la orden de su entrenador y asumió la responsabilidad con la mala fortuna de lanzar blando, estrellando su disparo en Joan García. Los gritos desesperados del técnico chileno en el banquillo y la consigna trasladada a través de Héctor Bellerín no llegó a tiempo.
"No me ha gustado y aseguro que no va a volver a suceder. Es Lo Celso el encargado de lanzar y más en el momento goleador que protagoniza con mayor razón. Se produjo un cambio de lanzador que no volverá a ocurrir", aseguró en rueda de prensa Pellegrini con un visible enfado que no desapareció ni con el triunfo de su equipo ante el Espanyol con gol, precisamente, del jugador que deseaba que lanzase la pena máxima.