El Legia, que en su día fue uno de los puntales del fútbol continental aunque ya han pasado veintinueve años desde su última presencia en unos cuartos de final europeos, igualó la eliminatoria pronto, pasada la media hora, con el tanto del japonés Ryoya Morishita tras recibir un balón de Pawel Wszolek.

Sin embargo, no fue capaz de aprovechar su condición de local en el estadio Wojska Polskiego de Varsovia para romper la resistencia del Molde y ampliar su ventaja.

El conjunto noruego resistió y el encuentro se marchó a la prórroga, en la que Marc Gual, a los 108 minutos, dio a su equipo el billete a cuartos con un disparo desde dentro del área que se le escapó de las manos al portero Jacob Karlstrom.

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