Las dos primeras premisas para que el club parisino revalidara la conquista del campeonato y sellara su decimotercer trofeo, que caerá en sus vitrinas antes o después, se cumplieron. La derrota del Mónaco ante el Reims y el triunfo del París Saint Germain. Todo quedó en manos del choque en el estadio Luis II y una condición, que el partido acabara en empate. Cualquier otro marcador aplazaba la resolución del torneo.
Durante muchos minutos la igualada planeó en el marcador. Porque después de que el Mónaco fallara un penalti cometido por Baptiste Santamaria sobre Breel Embolo que ejecutó Mika Biereth y detuvo el meta polaco Marcin Bulka, fue el Niza el que se puso por delante al borde del intermedio con un gol de cabeza del marfileño Jeremie Boga a pase desde la derecha de Jonathan Clauss.
Pero la situación dio un giro en la segunda parte. A los diez minutos de la vuelta del descanso el cuadro de Adi Hutter empató. Anotó Mika Biereth que se desquitó del error en el penalti.
Y en el 73, fue Embolo el que batió a Marcin Bulka tras recibir un balón de Maghnes Akliouche y llevó la victoria al Mónaco. El Niza acabó con diez por la expulsión en el añadido de Dante, con roja directa.
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El equipo de Hutter asaltó el segundo puesto de la competición de donde cae el Marsella, con tres derrotas seguidas. El conjunto monegasco está a veintiún puntos a falta de siete jornadas. El título es cuestión de tiempo.