Aquel 11 de mayo de 2017, Iago Aspas prometió, entre lágrimas en el césped de Old Trafford, que se dejaría la piel por volver a jugar en Europa con el Celta. Y esta noche cumplió su promesa en el Coliseum de Getafe, donde firmó el decisivo 1-2.
A más de 600 kilómetros de distancia, fueron muchos los celtistas que se reunieron en la céntrica Praza América para celebrar la gesta firmada por el equipo dirigido por Claudio Giráldez.
Muchos de ellos, con la bufanda de aquella histórica cita en Manchester, dedicaron cánticos al eterno rival, un RC Deportivo que este año también ha celebrado su permanencia en LaLiga Hypermotion, categoría a la que regresó el pasado curso tras una dura travesía por la antigua Segunda División B.
