El empresario argentino asumió la gestión del Elche a finales de 2019 y, desde entonces, siempre fichó entrenadores por una temporada o, si llegaban ya con el campeonato avanzado, hasta el final de ese mismo curso.
En agosto de 2020, Bragarnik prescindió de José Rojo ‘Pacheta’, que había ascendido al equipo a Primera, para fichar a su compatriota Jorge Almirón, al que ofreció sólo un año.
Tras la destitución del argentino, el club firmó a Fran Escribá, que dirigió el equipo hasta el final de esa temporada. Tras lograr la permanencia, el técnico valenciano fue recompensado con un año más.
Escribá apenas aguantó en el banquillo unos pocos meses y fue reemplazado por Francisco Rodríguez. El almeriense salvó al Elche del descenso con suficiencia y Bragarnik lo renovó como premio con una temporada más.
Un mal comienzo del siguiente campeonato condenó a Francisco, relevado por Almirón, que firmó un nuevo contrato por apenas unos meses.
Almirón dejó su puesto tras cinco partidos a Pablo Machín, contratado sólo hasta el final de la temporada, pero despedido apenas tres meses después.
La salida de Machín, ya con el equipo virtualmente descendido, precipitó la llegada del argentino Sebastián Beccacece, que firmó por lo que restaba de campeonato, apenas dos meses, y un año más.
El objetivo en este caso fue darle a Becaccece algo de tiempo para adaptarse al club, conocer la plantilla y el fútbol español.
Una vez finalizó el contrato sin alcanzar el objetivo de pelear por el ascenso, el argentino abandonó el club y dio paso a Sarabia, cuyo compromiso inicial con el Elche, siguiendo la norma habitual, fue de una sola temporada.
El entrenador vasco ha cumplido el objetivo marcado con el ascenso, por lo que Bragarnik le ofreció la renovación, aunque en esta ocasión con el valor añadido de la duración del contrato, ya que por primera vez el proyecto mira a medio plazo.