Apenas una semana atrás, Olimpia peleaba por un nuevo título en el torneo continental más importante en Sudamérica a nivel de clubes. Pero el sueño se vio truncado por el Atlético Mineiro.
El 2002 era el año del Centenario Decano y la intención de la dirigencia olimpista era obtener el tricampeonato de América en aquel histórico año.
Olimpia tuvo que enfrentarse en el camino a equipos como el Cobreloa de Chile o el Boca Juniors de Argentina, en duros encuentros por octavos y cuartos de final, respectivamente, donde sacó a relucir su estirpe copera y la garra para superar las adversidades.
En semifinales se encontró con el Gremio de Porto Alegre. El partido de ida terminó con victoria de 3-2 para el equipo paraguayo.
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La vuelta, disputada en tierras “gaúchas”, terminó con victoria 1-0 para Gremio. El pase a la final se definía desde los doce pasos, donde el Franjeado venció 4-2 y consiguió su pase.
En la final, el rival sería el Sao Caetano, un primerizo en este tipo de definiciones pero que de todas maneras hizo sufrir a los olimpistas.
El partido de ida se disputó ante un Defensores del Chaco repleto que esperaba una victoria para el primer paso hacia el sueño, pero en el minuto 62 del partido, tras un centro que llegó desde el costado derecho, Aílton venció a Ricardo Tavarelli y puso el 1-0 con el que llegaría a su fin el partido.
La revancha era en Pacaembú, en tierras paulistas. El Decano se encontró en aprietos cuando nuevamente Aílton marcó para abrir el marcador en la primera etapa.
Sin embargo, en la complementaria al Decano le bastaron ocho minutos para dar vuelta el marcador. Gastón Córdoba se encargó de marcar el empate olimpista y abrir una ventana de esperanza.
La ilusión llegaría más tarde cuando, tras centro de Quintana, Richard Báez y Sergio Orteman cabecearon juntos y enviaron la pelota al fondo de las redes.
Una vez más, la definición estaba en los penales, y desde los doce pasos el Decano alcanzó su tercer título continental.
Once años han pasado ya de aquel día en el que Olimpia volvía a alcanzar lo más alto del fútbol sudamericano. Hace una semana se soñaba con la cuarta, que no pudo llegar, pero la estirpe copera sigue siempre vigente.