"Estaba realmente cansado por el esfuerzo de ayer. Subí al rodillo antes de la etapa y pensé que estaba bien, pero después me sentí realmente vacío en la carrera. Mi equipo hizo un gran trabajo para controlar la carrera y me protegió bien hasta el último kilómetro", dijo el líder en la meta.
Un día de gloria vestido de amarillo, que servirá de despedida ante la prueba contrarreloj de 16,4 kilómetros.
"Mañana será una misión imposible, pero veremos cómo están las piernas. Está claro que intentaré hacerlo lo mejor posible", declaró.
