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En tercer lugar quedó Brasil, que se impuso 4 a 2 a la revelación del certamen, Kazajistán.
En el juego final, Portugal fue a los vestuarios con la ventaja de 1-0, por intermedio de Pany. En la complementaria, nuevamente Pany puso el 2-0, que llegaba en buen momento de Argentina, que unos minutos después convirtió el gol de descuento y esperanzador por intermedio de Ángel Claudino. Los sudamericanos despertaron definitivamente, dominaron el juego y fueron arriba con el quinto jugador, pero no consiguieron el gol de la paridad y cedieron la defensa del trono (Argentina fue campeón en el mundial anterior, Colombia 2016) ante la porfiada selección lusitana, que quizá no fue la mejor en juego. Pero la perseverancia y contundencia en momentos claves valieron para conquistar su primer cetro mundial. Portugal resultó invicta en el mundial, con dos empates.
Premios individuales
El experimentado ala y capitán portugués, Ricardinho, quien se despide de su selección con este título, se ganó el balón de oro como mejor jugador del mundial. El también portugués y con goles claves, como los dos de la final, Pany se “calzó” el botín de plata y Douglas Junior de Kazajistán, se puso el de bronce.
El brasilero Ferrão (9 goles) fue el máximo artillero, mientras que el portugués Pany (8) se alzó con el balón de plata y Taynan (6) de Kazajistán obtuvo el de bronce. El mejor portero fue el argentino Nicolás Sarmiento, que se llevó el guante de oro.
El premio Fair Play de la FIFA fue para Kazajistán.
La selección paraguaya quedó fuera de su quinto mundial consecutivo al caer 6-1 en octavos de final contra Argentina.