La Federación Europea de Balonmano (EHF) anunció el sábado que el encuentro de la Liga de Campeones que el Barça debía disputar el próximo 3 de marzo frente al Motor Zaporoshye ucraniano en la localidad eslovaca de Presov quedaba aplazado 'sine die', ya que la escuadra ucraniana no podía desplazarse fuera de su país a causa de la invasión rusa.
La movilización general decretada por el gobierno ucraniano alcanzó de lleno a la plantilla del Motor Zaporoshye, formada por doce jugadores ucranianos - diez de ellos internacionales -, tres bielorrusos, dos lituanos, un croata, un ruso y el español Carlos Molina.
Campeón de liga de Ucrania en las nueve últimas temporada el club tiene como patrocinador a Motor-Sich, una de las mayores empresas del país, nacionalizada en marzo de 2021.
Motor Sich no solo fabrica motores para aeronaves, sino también unidades industriales para aplicaciones en tierra como turbinas, unidades de extracción y bombeo de gas.
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Después del ataque ruso publicaba una nota oficial en la que señalaba: "En este momento difícil para nuestro país, queremos expresar las palabras de enorme agradecimiento a los verdaderos héroes que están protegiendo nuestra tierra".
"Instamos a los aficionados a no dejarse llevar por el pánico y el miedo; ¡ahora mismo es lo peor!. Unámonos, unámonos y hagamos todo lo posible para apoyar a nuestro ejército. ¡Juntos somos la fuerza!,¡Juntos somos invencibles!", concluía.
Con los jugadores y técnico ucranianos sin poder abandonar el país y la amenaza del ataque ruso a la ciudad de Zaporoshye, el resto de miembros extranjeros de la plantilla iniciaron el camino hacia el oeste por carretera.
El internacional español Carlos Molina consiguió abandonar Ucrania a primera hora de la tarde de este lunes tras cruzar la frontera con Polonia, según confirmaron a EFE fuentes del entorno del jugador.
El lateral cordobés llegó a Polonia tras más de 50 horas de viaje por carretera para cubrir los más de 1.000 kilómetros que separan la ciudad de Zaporozhye, en el este de Ucrania, de la frontera polaca junto al bielorruso Viachaslav Bohkan y el lituano Aidenas Malasinskas (ex-jugador de Bidasoa, Granollers y Logroño).
Molina, de 30 años, pasó momentos de gran tensión durante el trayecto, pero la mañana de este lunes escribía en su Twitter: "Buenos días a todos, anoche todo dio un giro inesperado, tras unas decisiones tomadas, algunas negociaciones y ayuda de la embajada de Lituania, tuvimos mucha suerte de encontrar una carretera que nos llevará a menos de 5 kilómetros de la frontera polaca".
Está previsto que Molina se traslade posiblemente a Cracovia, a unos 300 kilómetros de la frontera con Ucrania, para viajar en los próximos días a España.
En la localidad riojana de Santo Domingo de la Calzada le esperan su mujer, Jennifer, y su hijo Helios, de 2 años, que residían con él en Zaporozhye desde que fichó por club ucraniano en verano de 2020.
Molina volvió tras la última Navidad a Ucrania para seguir con la temporada, mientras que su mujer y su hijo se quedaron en la localidad riojana debido a la tensión política que se vivía en la zona.
Por otra parte, el técnico lituano del equipo y seleccionador nacional, Gintaras Savukynas, y el segundo entrenador, el islandés Gerard Eradze, llegaron el pasado domingo a Eslovaquia.
"Puedo informar a todos que yo y mi compañero Roland Eradze después de un viaje de 44 horas desde Zaporozhe al paso fronterizo de Uzgorod, llegamos a Eslovaquia. Estamos a salvo y esperamos poder volvar a Kaunas", explicó.
