Las dos selecciones españolas han logrado la permanencia en sus respectivos circuitos (aunque el combinado masculino debe refrendar a finales de agosto en Los Ángeles una salvación que ya es virtual) y volverán a pelear por evitar las últimas plazas, aunque con un ojo puesto en la clasificación olímpica.
El resto de las plazas en París 2024 se otorgarán en torneos continentales en los que Francia, una de las dominadoras del rugby europeo, no participará debido a que está ya clasificada como anfitriona, por lo que la clasificación de Inglaterra o Irlanda vía Series Mundiales despejaría el camino de España hacia los Juegos.
La campaña 22/23 comenzará entre el 4 y el 6 de noviembre en Hong Kong, meca del rugby 7 que albergará, tras casi tres años de restricciones sanitarias, una edición otoñal extraordinaria que será la primera etapa masculina.
Los primeros torneos conjuntos masculino y femenino, serán en los dos primeros fines de semana de diciembre en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) y Ciudad del Cabo (Sudáfrica), mientras que enero volverá la gira oceánica -que suple a los históricos torneos de Sevilla y Málaga de este año- con paradas en Hamilton (Nueva Zelanda) y Sídney (Australia).
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La etapa estadounidense albergará sólo una competición masculina, en Los Ángeles a finales de febrero, y una semana después los hombres viajarán a Vancouver (Canadá), donde se les unirán las mujeres para el quinto torneo de las Series Mundiales.
Las dos últimas giras, por Asia y Europa, tendrán la configuración inversa: dos torneos en la apertura, Hong Kong del 31 de marzo al 2 de abril y Toulouse (Francia) del 14 al 16 de marzo; y uno exclusivamente masculino una semana más tarde, en Singapur y Londres.