La carrera de Rebellin (Verona, 1971), pese a sus triunfos, será siempre recordada por la longevidad, por su sorprendente facilidad para las 'clásicas' y por la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 que tuvo que devolver tras dar positivo en un control antidopaje.
Debutó en 1992 como profesional y, tras treinta años de carrera, uno de los nombres que más se han repetido a lo largo de la historia reciente del circuito ciclista se "bajó" profesionalmente de la bicicleta, concretamente el pasado 12 de octubre en la 'Clásica del Véneto'.
Curiosamente, su estreno en un equipo ciclista profesional, el GB-MG Maglificio (Mg Boys Maglificio-Technogym, actualmente), llegó después de que se enfundara el maillot 'azzurro' en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, con 21 años.
No tardó el italiano, gran escalador, en cosechar un gran éxito y en 1996 se impuso en una etapa del Giro d'Italia.
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Sin embargo, sus mejores años estarían por llegar. El más especial fue, sin duda, el de 2004, en el que se convirtió en el primer ciclista en ganar las tres 'Clásicas de las Ardenas': Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. Tres competiciones que se celebraron en un período de ocho días. Se forjó ahí su mito de 'clásico' y se ganó la fama que le precedió en sus posteriores 'clásicas'.
Cuatro años más tarde, ya con 16 de experiencia, Rebellin se midió rueda a rueda con Samu Sánchez en una lucha a pecho descubierto por el oro olímpico de Pekín en la categoría de ciclismo con ruta, la gran recompensa que hubiera terminado por elevar su carrera junto a la de los más grandes pero que finalmente se agenció el español y que supuso la única mancha en su carrera deportiva.
Y es que el italiano, que se quedó con la presea de plata, se vio envuelto en un escándalo de dopaje cuando un año después de la carrera, el COI reanalizó las muestras de su orina de aquel día con nuevas técnicas y halló CERA, la tercera generación de la hormona sintética EPO.
Perdió la medalla, el diploma y tuvo que cumplir una sanción de dos años sin competir. Volvió a las carreteras en 2011, ya sin el ritmo que le caracterizó en las competiciones y con equipos de segunda línea, pero con un palmarés a la altura solo de unos cuantos: una etapa del Giro d'Italia (1996), tres Flecha Valona (2004, 2007 y 2009), un Lieja-Bastoña-Lieja (2004), una clásica de San Sebastián (1997) y una Amstel Gold Race (2004), entre las más importantes victorias.
Anunció su retirada con treinta años pedaleados, pero parece no fueron suficientes para un Rebellin se mantuvo unido a su bicicleta hasta el final de sus días, en lo que ha sido un nuevo accidente en carretera que ha provocado la muerte prematura de un histórico de este deporte. Italia y el mundo del ciclismo se despiden ahora de un ciclista longevo, un 'clásico de las clásicas' que no dejó de demostrar su amor por este deporte.
