Palabras que reflejan mejor que nada la metamorfosis que ha sufrido el equipo esloveno, tras el decepcionante Europeo que firmaron el pasado año, en el que los balcánicos no fueron capaces de superar la primera fase.
Un cambio radical imposible de entender si la presencia en el banquillo de Uros Zorman, máximo responsable del resurgir del conjunto esloveno.
"Venimos de un año y medio muy difícil en el que no éramos capaces de ganar casi a nadie y ahora estamos peleando por entrar en los cuartos de final y eso se debe en gran medida al trabajo del entrenador", señaló el lateral esloveno Jure Dolenec en declaraciones a la Agencia EFE.
Bajo la batuta de Zorman la selección eslovena ha recuperado la competitividad que le permitió colgarse la medalla de bronce en el Mundial de Francia 2017 y disputar, tres años después, las semifinales del Campeonato de Europa.
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"Me parece un muy buen entrenador. Desde su llegada hemos trabajado muchísimo, mucho trabajo táctico, mucho vídeo, mucho entrenamiento y eso poco a poco nos ha permitido ir creciendo, aunque no sé si lo suficiente para poder ganar a España, uno de los mejores equipos del mundo", indicó Dolenec.
Un intenso trabajo que ha devuelto a Eslovenia la brillantez de un juego, que mezcla elementos de la escuela balcánica, como la agresividad, velocidad y capacidad de lanzamiento exterior, con otros de la español, como la riqueza táctica y el gusto por el juego colectivo.
"Es un entrenador un poco mezcla entre balcánico y español. A nivel táctico se parece mucho al trabajo que realizan los entrenadores españoles, y creo que ese es el camino, como demuestra que ahora mismo casi todos los mejores equipos del mundo tienen entrenadores españoles", aseguró el lateral esloveno.
Y es que Zorman debe muchas de sus ideas al balonmano español, tras su paso como jugador por las filas del Ademar de León y el extinto BM. Ciudad Real, así como por su trabajo junto con Talant Dujshebaev, del que ejerció de ayudante en el Kielce polaco.
"Cuando le veías como jugador en los entrenamientos y en los partidos, siempre dirigiendo a los compañeros, siempre hablando con todo el mundo, ya te dabas cuenta que Uros acabaría convirtiéndose en un entrenador", señaló el técnico español Talant Dujshebaev a la Agencia EFE.
Una capacidad de aprendizaje a la que unir una capacidad de liderazgo, tanto dentro como fuera de la pista, que le hacían un candidato idóneo para acabar en los banquillos.
"Uros tiene un carácter muy fuerte. Ha sido siempre un líder tanto dentro como fuera de la pista, una persona con las ideas muy claras y con capacidad para transmitirlas antes a sus compañeros y ahora a sus jugadores", explicó el entrenador del Kielce.
Cualidades a las que unir una buena dosis de mano izquierda, que le han llevado a ganarse el respeto y la admiración de todo los integrantes de la selección eslovena.
"Es un técnico que se puede hablar con él, de hecho hablamos muchísimo fuera de la pista, pero también es el jefe y si dice que algo se hace así, se hace así, aunque siempre está abierto al diálogo y eso se nota en el ambiente, todos nos sentimos muy bien con él y tenemos un gran espíritu de equipo", indicó el lateral.
Un buen ambiente que se ha reflejado sobre la pista en este Mundial, en el que la selección eslovena ha vuelto a convertirse en ese vistoso equipo capaz de competir con cualquiera.