"No estaba en mi mente vestirme con el amarillo, pero uno no puede decir al maillot de líder. Estoy feliz con el amarillo y es bueno estar de vuelta", comentó Pogacar en la meta.
Pogacar admitió estar "un poco sorprendido" por el rendimiento de su gran rival, el danés Jonas Vingegaard, a quien batió con un ataque a 2,5 km de meta que obligó al nórdico a perder 43 segundos en la llegada.
"Si, me sorprendió un poco. Primero lanzó un ataque y pensé que se sentía súper, súper bien, así que no respondí, solo estaba esperando al llano. El final fue realmente difícil y creo que falló cuando intentó atraparme. Luego no pudo cerrar y se rompió un poco", explicó.
El esloveno dijo haber pasado un día complicado, que finalmente tuvo el plus de tener que atrapar a un rival peligroso como el francés Dadiv Gaudu.
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"Estuve muy nervioso todo el día. La zona del llano fue difícil por el viento, fue realmente un caos todo el día. Y luego, en la subida final, Félix Großschartner hizo un muy buen trabajo y el equipo antes, al colocarme en el lugar perfecto. Tenía buenas piernas. Sabía que no podíamos darle demasiado tiempo a Gaudu. Decidí ir con todo para atraparlo, de lo contrario no hubiera sido posible la victoria", concluyó.
