El Comité Olímpico Internacional (COI) ha recomendado a las federaciones la readmisión de los representantes de esos países, que fueron apartados hace más de un año, cuando Rusia invadió Ucrania con el respaldo de Bielorrusia.
La BWF ha tenido en cuenta "que el conflicto entre Ucrania y Rusia y Bielorrusia continúa", así como "los precedentes recientes de gobiernos que interfieren y bloquean la participación de deportistas en competiciones deportivas, en lugar de permitir que el deporte construya puentes y promueva la solidaridad entre las personas".
Aunque la federación reconoce que "el principio rector es que siempre se debe permitir a los deportistas participar sin que se juzgue su pasaporte y al margen de cualquier conflicto geopolítico", no está convencida "de que haya una justificación satisfactoria para levantar las suspensiones en este momento".
El organismo recuerda "los riesgos para los jugadores y las competiciones que podrían surgir al reabrir la participación" y menciona "los complejos criterios del COI para permitir la participación, y cualquier repercusión que esto pueda tener, incluidas las relacionadas con la clasificación olímpica y la posible participación en París 2024".
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"Es lamentable encontrarse en un escenario en el que no se permite a los jugadores de bádminton participar libremente debido a conflictos geopolíticos y a la interferencia de los gobiernos. Pero es una realidad que la BWF acepta en la actualidad, ya que nos esforzamos por mantener nuestro papel de preservar la integridad de las competiciones de bádminton y garantizar la seguridad de todos los atletas", añade la federación, tras reiterar su solidaridad con el pueblo ucraniano.
El presidente de la WBF es Poul-Erik Høyer, de Dinamarca, uno de los países que se ha mostrado más en contra de la readmisión en el deporte de rusos y bielorrusos.