“No me creo que haya ganado. Es algo increíble. Me quedo sin palabras. Estoy muy feliz, no lo puedo creer. Mi primer Giro, en segunda etapa", decía Milan, incrédulo, en la meta de San Salvo.
Un debut excelente para el gigante de Tolmezzo, de 1.95 metros, especialista en la modalidad de pista, en la que reúne el título olímpico y mundial en persecución por equipos.
"Hice una buena contrarreloj, estaba bastante feliz, pero nunca me imaginé que hoy vendría una victoria. Al final de la etapa me pusieron en una posición perfecta, mi equipo me decía "tranquilo, lo tienes fácil". Y sí, no puedo creerlo. Estoy feliz".
