Filomeno, formado en el Club Argentino de Avellaneda y con experiencia en la División de Honor española, ya que pasó por Getxo, posee un imponente corpachón de 130 kilos, lo que lo convierte en una baza para estabilizar la melé, aunque tampoco está exento de movilidad.
El nuevo jugador científico estuvo en el programa de alto rendimiento de la Unión Argentina de Rugby y llegó a debutar con la selección B de su país, si bien la mayor parte de su carrera ha transcurrido en el extranjero, pues ha jugado la Superliga Sudamericana con las Cobras de Sao Paulo y también ha militado en el Kuban ruso y el Tarbes francés.
El servicio de prensa del Real Ciencias La Carloteña ha servido unas declaraciones de Filomeno en las que se ha mostrado "contento por regresar a España", adonde regresa con el "objetivo de luchar por estar lo más alto posible en la clasificación" y espera "que sea una gran temporada para todos".
