Rahm, número 14 del mundo y tres veces ganador del Abierto de España (2018, 2019 y 2022), aspira a superar a Severiano Ballesteros en el cómputo de victorias y acercarse al récord de cinco de Ángel de la Torre, entre 1916 y 1925.
El vizcaíno tiene como objetivo jugar el año que viene y por cuarta vez la Ryder Cup. Para ser elegible tiene que mantener su membresía en el DP World Tour, lo que le obliga a jugar cuatro torneos del circuito europeo antes de que acabe 2024.
De momento sólo ha completado uno, cuando representó a España en los Juegos Olímpicos de París. Se ha inscrito en el Abierto de España, el Alfred Dunhill Links Championship (3-6 de octubre) y el Andalucía Masters (17-20 de octubre).
Para jugar en estos torneos el de Barika puede pagar las multas que ha acumulado por jugar en torneos de la LIV frente a campeonatos del DP World Tour, o recurrir dichas sanciones, lo que podría acarrear una suspensión temporal de su ejecución y le permitiría jugar los campeonatos que necesita.
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El miércoles explicó en Chicago que tiene la "intención de jugar en España", pero que le "dejen jugar o no es otra cosa".
"Sigo hablando con el DP World Tour. Tengo intención de jugar en España. Estoy inscrito en el torneo. Nos inscribimos hace mucho tiempo. Que me dejen jugar o no es otra cosa", dijo Rahm en el club Bolingbrook, escenario entre el viernes y el domingo de la final individual del LIV Golf.
"No me gustan mucho las multas. Creo que ya lo he dicho abiertamente. No tengo intención de pagar las multas, y seguimos intentando hablar con ellos sobre cómo podemos conseguirlo", afirmó Rahm al referirse a las sanciones económicas que implica jugar torneos del DP World Tour al estar integrado en el LIV Golf.
"Lo he dicho muchas veces: no voy al Open de España por la gloria ni por nada. Creo que es mi deber con el golf español estar allí, y también quiero jugar en Sotogrande (Andalucía Masters). Llegados a ese punto, casi sería hacerle un flaco favor no sólo a mí, sino al golf español, no dejarme jugar", subrayó el vizcaíno.
