Desalu, el campeón olímpico italiano que lucha por la nacionalización de su madre

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Roma, 4 jun (EFE).- Eseosa Faustine Desalu, conocido como 'Fausto', ganó el oro olímpico de relevos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 mientras su madre, nigeriana, trabajaba como cuidadora de ancianos en Italia, país al que llegó hace más de 30 años pero en el que todavía no ha conseguido la nacionalidad.

"Todavía no es ciudadana italiana, tiene un permiso de residencia por tiempo indefinido. Pero estamos trabajando en ello", desveló el velocista este miércoles en una entrevista con 'Repubblica'.

"Nunca se tomó un día libre, ni la vi llorar. Siempre mantuvo la cabeza alta, incluso cuando nos levantábamos a las 4 de la mañana para ir en bicicleta en invierno a casa de mis 'abuelos adoptivos'. Trabajó en un matadero, en una fábrica de queso, en residencias de ancianos, limpió y recogió tomates. Su disciplina me forjó, ¿cómo voy a quejarme de un entrenamiento duro?", añadió.

Desalu formó junto a Marcell Jacobs, Filippo Torutu y Lorenzo Patta un relevo italiano de 4x100 que acabó con 72 años de sequía en esa prueba -pues la última medalla italiana en la disciplina databa de 1948- y que rubricó el récord nacional de 37.50 segundos.

Fue el punto álgido de una carrera que comenzó con un éxito muy precoz, a los 17 años. Marcó un nuevo récord en Italia en 60m vallas en Ancona 2011, pero no le fue reconocido por no tener la ciudadanía italiana, algo que él desconocía, pues nació en Casalmaggiore, una pequeña localidad de Cremona (norte), de la región de la Lombardía.

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"Tenía 17 años y gané el título italiano, me concedieron la victoria pero no el récord. No creía que el mundo de los adultos funcionara así", aseguró.

Nunca había salido de Italia. Y fue en ese momento cuando descubrió que su madre, Veronica, tampoco tenía la nacionalidad italiana, algo en lo que trabaja desde entonces.

"De Nigeria y Abuja (capital), de donde emigraron mis padres, no conocía ni un solo monumento. Pero para la burocracia no cumplía los requisitos. Fue entonces cuando descubrí que mi madre tampoco tenía la nacionalidad", apuntó.

Veronica rechazó varias entrevistas televisivas durante los Juegos de Tokio al estar trabajando como cuidadora de ancianos: "Ahora es asistente sociosanitaria en una residencia privada, al menos más cerca de casa que entonces".

Pese a todo, Veronica lleva con cierta tranquilidad su situación: "No se lamenta: al contrario, siempre me ha enseñado que hay que respetar la ley, sobre todo cuando no se está en casa".

Desalu lucha ahora por la nacionalización de su madre, la mujer que le dedicó la vida pues su padre les abandonó cuando tenía solo 2 años. El velocista ya recibió la nacionalidad italiana cuando cumplió los 18 años.

"La medalla de oro en Tokio con Patta, Jacobs y Tortu fue el mejor día de mi vida: me siento italiano y con esa bandera puesta sentí que había representado lo mejor posible al país en el que nací", finalizó.