El baloncesto, y el deporte griego en general, se encuentran en una situación inédita que está a punto de convertirse en un serio problema político para el Gobierno conservador del primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
Esta segunda orden contra Giannakópulos viene el mismo día en el que está prevista una reunión del directivo con el ministro de Deportes de Grecia, Yannis Vrutsis para calmar los ánimos entre los dos grandes clubes.
El Gobierno ha dejado claro que, de no producirse, se cancelará de inmediato la liga de baloncesto.
Tras negarse inicialmente, Giannakópulos accedió ayer a reunirse con los propietarios del Olympiacos, los hermanos Yorgos y Panayotis Angelópulos, en la oficina de Vrutsis.
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No obstante, los hermanos se negaron a acudir a la reunión alegando que Giannakópulos es el único responsable de la situación, y arremetieron también contra el Gobierno por mantener una posición de equidistancia entre los dos clubes.
La nueva orden de arresto llega horas después de que expirara una primera emitida el pasado domingo, tras una demanda judicial por incitación a la violencia del Olympiacos contra Giannakópulos, presentada mientras los dos clubes todavía se encontraban en el parqué disputándose el segundo partido de la ronda final de la liga.
El Gobierno griego suspendió el tercer partido de la final de la liga griega, que debía jugarse hoy, tras el caótico segundo duelo entre los eternos rivales, que se disputó el pasado domingo en el pabellón del Olympiacos.
Todo empezó cuando los hinchas del equipo local corearon insultos groseros contra la hija de 18 años de Giannakópulos antes de arrancar el partido.
El presidente del Panathinaikos pidió a los árbitros que registrasen esos insultos en el parte y que llamaran al orden a los hinchas.
Unos segundos después Giannakópulos hizo una peineta y otros gestos groseros a los hinchas del Olympiacos, por lo que los árbitros lo expulsaron de la cancha.
En un video de las cámaras de seguridad del pabellón del Olympiacos se puede ver a Giannakópulos corriendo con su grupo de seguridad a su coche para evitar el arresto, según imágenes reproducidas por la prensa deportiva griega.
Aunque el Gobierno había señalado ayer que, para no cancelar la liga, los presidentes de los dos clubes tendrían que acudir este miércoles a la reunión, el ministro se retractó este miércoles y apuntó que también podrían reunirse con él por separado.
Tras este giro gubernamental, los hermanos Angelópulos accedieron hoy a reunirse con Vrutsis, pero ahora se produce la paradoja que el ministro también se reuniría este miércoles con un buscado por la Policía, es decir Giannakópulos.
El asunto ya está afectando la credibilidad del Gobierno, ya que van en aumento las críticas sobre el doble rasero impuesto por las autoridades, que no actúan de la misma forma si los presuntos delitos han sido cometidos por una persona con poder o un ciudadano común y corriente.
Giannakópulos pudo huir sin ser apenas molestado del pabellón de Olympiacos, pese a desobedecer reiteradamente las órdenes de una fiscal y el jefe de la Policía de la región de Ática que se encontraban en el estadio.