El Spain SailGP Team, actual tercer clasificado en la general con 51 puntos por detrás de Nueva Zelanda (53) y Australia (52) llega a Cádiz con aspiraciones firmes de mantenerse en el podio. Su patrón, Diego Botín, lo tiene claro: “Cádiz es más que una regata para nosotros. Es donde más apoyo sentimos del público, y competir en casa nos da ese plus de motivación que puede marcar la diferencia en la fase final”.
Desde el equipo australiano, Jason Waterhouse subraya el atractivo de la sede: “Cádiz es sin duda uno de mis eventos favoritos del calendario. Me encanta navegar en el Atlántico y es una ciudad preciosa, con gente muy amable. No puedo esperar a volver. Esperemos tener buen viento y dar un gran espectáculo”.
Además del respaldo popular, la parada andaluza cumple un papel estratégico clave en la difusión del deporte en España. “Este tipo de eventos tienen un enorme valor para consolidar la imagen del equipo y captar nuevas audiencias. Cádiz nos conecta con la gente y con los jóvenes que empiezan en la vela”, señala Nicole van der Velden, regatista del equipo español.
Para Liv Mackay, miembro del equipo líder, Nueva Zelanda, Cádiz representa un desafío técnico que puede alterar el rumbo de la clasificación: “Cada sede tiene sus peculiaridades, y Cádiz es conocida por su viento cambiante. Nos obliga a adaptar nuestra estrategia y mantenernos ágiles”.
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La ciudad andaluza, que ya ha acogido con éxito varias ediciones, se ha convertido en un símbolo de continuidad y apoyo institucional al SailGP, gracias a la colaboración entre la organización internacional, su ayuntamiento y diversas entidades públicas.
Mientras los ojos del circuito están puestos en Sassnitz (Alemania), donde se celebrará la próxima etapa, Cádiz ya calienta motores para recibir a los mejores del mundo. No solo estará en juego el prestigio, sino también el empuje definitivo hacia la gran final de Abu Dabi.
Porque Cádiz, más que un destino, es una declaración: España está lista para ganar.