"Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son eventos globales y permiten hablar con mayor fuerza. Son historia clásica y moderna, el tiempo de hoy. La paz esta escrita en el ADN del olimpismo. Más que nunca sentimos la urgencia de amistad y paz entre los pueblos", dijo Mattarella en su discurso previo al encendido del pebetero específico para esta ocasión (diferente al oficial que se encenderá en la ceremonia de apertura en febrero) en la Plaza del Quirinal de Roma.
Y añadió: "Italia ha pedido que se renueve la tregua olímpica y esperamos que los dos meses que nos separan del inicio de los Juegos puedan aliviar aún más las tensiones".
Mattarella destacó que "el encendido de la llama no indica solo un gran viaje deportivo, sino que tiene un gran significado emotivo. El fuego recuerda que hombres y mujeres pueden ambicionar objetivos siempre mas altos".
En la ceremonia estuvieron presentes, además de Sergio Mattarella y Giorgia Meloni, la zimbabuense Kirsty Coventry, presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI); Luciano Buonfiglio, presidente del Comité Olímpico Italiano (CONI); y Giovanni Malagò, presidente de la Fundación Milán-Cortina.
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"La llama olímpica llega a una nación que rezuma olimpismo. El fuego conectará a todos los italianos con su viaje. Simboliza el verdadero espíritu de los Juegos Olímpicos, que existen para tirar los muros que nos dividen, para unirnos a todos", apuntó Coventry en su intervención.
"Son mis primeros juegos como presidenta y estoy decidida a hacer que sean un éxito", añadió.
La tenista Jasmine Paolini, campeona olímpica de dobles en París 2024, fue la encargada de portar el jueves la llama olímpica desde Atenas y devolver el fuego a Italia tras 20 años de ausencia, pues no pisaba territorio transalpino desde Turín 2006.
Se la entregó simbólicamente tras el aterrizaje a Sergio Mattarella, que en la mañana del viernes (10.00 GMT) procedió al encendido de un pebetero ceremonial que este sábado estará situado en el Estadio dei Marmi, en el Foro Itálico.
Desde ahí comenzará el viaje de la antorcha por toda Italia hasta llegar a Milán el 5 de febrero, un día antes de la ceremonia de apertura que se celebrará en el Estadio Giuseppe Meazza (San Siro) y en el que se procederá al encendido del pebetero oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno 2026.
