“Creo que hoy he jugado mi mejor partido de este año. Estoy muy contento de la victoria y espero continuar así”, dijo Nadal, antes de señalar que no tenía “inspiración” para seguir hablando en francés.
El español, ganador en 12 ocasiones en París, continuará su camino en octavos frente al estadounidense Sebastian Korda, hijo del finalista de Roland Garros en 1992 Petr Korda, una promesa de 20 años que ocupa el 212º y que procede de la clasificación.
Korda ‘Junior’, que este viernes apeó en tres sets al español Pedro Martínez (6-4, 6-3 y 6-1), es el primer tenista fuera de los 200 primeros que juega los octavos en París desde que lo hiciera en 2002 el francés Arnaud di Pasquale.
“Creo que Nadal ha perdido dos partidos aquí en Roland Garros, el chico (Korda) será muy bueno, pero será muy difícil que eso suceda”, señaló Martínez, de 23 años, cuando le preguntaron por sus posibilidades de éxito ante la leyenda española.
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Nadal, quien llegó al grande francés con únicamente tres partidos en las piernas en los últimos seis meses, continuó su puesta a punto con un rival que mostró recursos interesantes, pero insuficientes para rasgar al rey del polvo de ladrillo.
El español no cedió ni siquiera una bola de rotura y aprovechó seis de las siete que tuvo.
Había curiosidad por ver cómo se adaptaba Nadal a jugar bajo techo en Roland Garros tras tres lustros brillando a cielo descubierto, incluidas las dos primeras rondas de esta edición. La organización había insistido que la cubierta tenía zonas abiertas para reproducir en la medida de lo posible las condiciones normales.
Nadal, cuyo tenis no fluye de la misma manera en ‘indoor’, le dio la razón con un juego dinámico, sólido al saque, consistente en los intercambios, afilado con la derecha y añadiendo pimienta en forma de voleas y alguna dejada.
Ante este ‘cocktail’ Travaglia, de 28 años y que vive los mejores días de su carrera, poco tuvo que ofrecer, para despedirse en 1 hora y 35 minutos.
