Putintseva y sus seguidores vieron el partido muy de cara cuando la raqueta 47 del ránking se hizo con la manga inicial tras romper el saque de su oponente en tres ocasiones.
Pero en la segunda, con 4-4, la belga logró una rotura que le puso el empate al alcance. Pese a las dificultades para mantener luego su saque, niveló el choque y, aún más importante, abrió una grieta en la confianza mostrada hasta el momento por Putintseva.
Tras intercambiar 'breaks' para empezar, la jugadora de casa entró en crisis y no volvió a exhibir el juego contundente del primer parcial.
Putintseva había derrotado a la belga en sus cuatro enfrentamientos previos, aunque este era el primero en pista cubierta.
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Esta final enfrentaba por primera vez a las dos máximas favoritas de un torneo WTA desde noviembre de 2020, cuando la bielorrusa Aryna Sabalenka, cabeza de serie número uno, derrotó a la número 2, la belga Elise Mertens, en Linz.