“A pesar de que han pasado casi 20 años, el recuerdo de ese impacto tan inesperado y descomunal todavía está latente, a pesar de ser un tema del que no se habló nunca más. Por eso quizás la gente está sorprendida aquí de que se reviva esa historia”, comentó el artista en relación a lo que pone en pantalla esta película, dirigida por Sebastián Borensztein, a partir de la novela “La noche de la usina”, de Eduardo Sacheri.
Darín interpreta a Fermín Perlassi, un exjugador de fútbol que conforma una cooperativa con sus vecinos para poner a funcionar un silo abandonado. Sin embargo, la crisis bancaria les juega una mala pasada y se organizarán para tratar de recuperar lo que les pertenece.
El actor señaló que lo que más le sedujo de la historia es el sentimiento común entre varios integrantes de una comunidad, la cual está representada en pantalla por un elenco conformado por Luis Brandoni, Rita Cortese, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Marco Antonio Caponi, entre otros. “Me gustó mucho que sean todos de diferentes capas sociales. Por distintos motivos hay una paleta de colores en cuanto a personalidades, gustos, formas de pensar y demás. Eso me pareció que era una síntesis bastante amable de lo que puede ser una comunidad”, comentó.
Para interpretar a este personaje, Darín aseguró que el trabajo de preparación fue paulatino, ya con las diferentes versiones del guión. Agregó que la novela de Sacheri está tan bien escrita que fue difícil dejar afuera algunas cosas. “Te enamorás de esa historia, de la descripción de los personajes y de sus distintas situaciones de una manera que es muy difícil dejarla afuera”, añadió el intérprete.
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Movidos por la justicia
El actor también marcó la diferencia entre el personaje de Perlassi y su recordada interpretación de “Bombita”, en “Relatos Salvajes”; dos roles que se rebelan de alguna manera en contra del sistema.
Aseguró que “Bombita” era un especialista, sabía lo que hacía, mientras que Perlassi “no tiene mucha idea”, además de que no actúa solo. “Solo sabe que tiene que pensar, tiene que pensar por los demás”, acotó.
Darín afirmó que “los ciudadanos del mundo, lamentablemente, estamos mal acostumbrados a ser atropellados, ninguneados, apabullados por los sistemas, por las estructuras, por la burocracia”. Por ello, agregó que “cuando nos sentimos atropellados y demás, siempre abrazamos de alguna manera a los personajes que nos reivindican y que nos hacen sentir que podemos tener la mínima catarsis con respecto a lo que consideramos que es una injusticia”.
En este filme, que ya acumula más de medio millón de espectadores en el vecino país, Ricardo Darín comparte la pantalla con su hijo Chino, que recientemente fue elegido para formar parte del programa “Rising stars” (Estrellas en ascenso) del Festival Internacional de Cine de Toronto, Canadá.
El actor, con más de cuatro décadas de experiencia, asegura que no es muy amigo de aconsejar a su hijo. “Yo no le puedo dar muchos consejos porque creo que él, no solo generacionalmente sino por la era en la que le están ocurriendo estas cosas, él tiene más posibilidades de análisis de las que tuve yo a su edad”, expresó.
En cuanto al cine paraguayo, Darín recordó y elogió a “Las Herederas” y “7 Cajas”, así como su encuentro con las actrices del filme de Marcelo Martinessi en San Sebastián. “Son divinas, muy simpáticas y amorosas, muy cálidas. Hablamos e intercambiamos chistes, yo les hablaba de la sopa paraguaya y el chipa guasu, de mis experiencias con la cocina paraguaya”, comentó.
Agregó que aprovecha los festivales no solo para promocionar su trabajo, sino para poder ver las películas de otros países. “Muchas veces he tenido la grata sorpresa de encontrarme con historias fabulosas. Nosotros en Latinoamérica nos caracterizamos por contar historias chiquitas y contarlas con profundidad. Esa es nuestra identidad”, afirmó.
Finalmente, reivindicó la importancia de ver el cine en el cine, ya que el trabajo de una película está concebido para la gran pantalla.
